Imitar el mármol con la brocha

Cualquier superficie puede simular este acabado si se marcan correctamente las sombras y los trazos típicos
Por EROSKI Consumer 27 de diciembre de 2006
Img marmolado
Imagen: ikkoskinen

Con la pintura se pueden conseguir numerosos efectos. Uno de ellos es la imitación de diferentes materiales como el mármol. Una correcta utilización de la brocha permite su simulación en las paredes, en el techo o en una mesa, sobre todo, cuando se combinan varios colores.

Un producto aliado es el esmalte. Éste puede aplicarse con una esponja y pequeños golpes para conseguir un contraste de tonos en la zona que se quiere decorar. Asimismo, es importante imitar las líneas y las sombras características del mármol. Aunque se requiere paciencia a la hora de dibujarlos, la clave para conseguir el parecido reside en ambos elementos.

Trazar las vetas

Para dibujar las líneas, es aconsejable utilizar óleo diluido con disolvente. Los trazos han de ser finos, por lo que se recomienda emplear un pincel o brochas de escaso grosor. Un truco para mejorar el acabado puede ser fijarse en una fotografía de una pieza de mármol para marcar estas líneas con precisión. Incluso es posible imitar las rayas de separación de las losas de mármol, lo que consigue un resultado más realista.

Para dibujarlos trazos finos, es aconsejable emplear un pincel o brochas de escaso grosor

Respecto a la forma, las vetas rara vez son rectas. Su aspecto habitual es el de una línea zigzagueante, quebradiza, difuminada y que se cruza en ocasiones con otras líneas. Éstas son, con frecuencia, de un tono más oscuro que el resto de la superficie, de manera que destacan sobre ella.

Las vetas pueden dibujarse en dos tonos o completarse con líneas más finas en color oscuro, que servirán para perfilar los trazos principales. El acabado final puede estar compuesto por una capa de esmalte transparente que dote de brillo a la superficie.

Qué color utilizar

El mármol tradicional se asemeja a los tonos ocres. No obstante, a la hora de imitarlo se busca más reflejar el efecto que el color. Se admite una base en negro, gris, verde, marrón, rosa o azul. Estos son los colores típicos, aunque no los únicos. De acuerdo al tono, se aprovecha la misma gama, con diferente intensidad, para destacar las vetas sobre el fondo de la superficie que se quiere decorar.

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