Lubricantes y engrasantes para uso doméstico

Para una aplicación precisa del producto, hay que utilizar un recipiente con boquilla
Por EROSKI Consumer 2 de julio de 2003
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Imagen: Josep Altarriba

Para que funcionen con normalidad, los mecanismos sometidos a desgaste deben lubricarse de manera apropiada y periódica. El lubricante, que se debe elegir para el uso específico al que se vaya a dedicar, tiene la propiedad de interponerse entre las partes en movimiento, por lo que forma una especie de barrera que reduce la fricción y el desgaste.

Tipos de lubricantes

Además de los clásicos aceites «todo en uno», que sirven para limpiar, engrasar, proteger, eliminar la humedad y aflojar, otros productos lubricantes están indicados para aplicaciones más especializadas.

El aceite de vaselina es un lubricante de color claro y textura muy líquida. Este material se utiliza para lubricar maquinaria de precisión, como máquinas de coser o piezas de relojería. También es muy útil en los procesos de perforación del vidrio.

Otra alternativa es el grafito. Este lubricante es sólido y está indicado para engrasar bisagras y cerraduras. A diferencia de otros lubricantes, el grafito tiene una alta duración y resistencia, no retiene el polvo y protege del desgaste y la corrosión. Los envases disponen de un aplicador que se coloca en la ranura de la cerradura o de la bisagra para que el grafito se adhiera en su interior.

La grasa de litio se comercializa en aerosol o en tubo y previene el óxido y la corrosión. Se utiliza para lubricar y proteger ventanas, cuchillas, ventiladores o las guías de las puertas correderas.

Usos y aplicaciones

Cuando hay que lubricar mecanismos delicados, la mejor opción es utilizar un recipiente con boquilla que permite una aplicación precisa del producto. Son también muy prácticos los botes de spray que contienen aceite o grasa e incluyen un tubo delgado, que permite lubricar incluso el interior de mecanismos.

Si es necesario dosificar el lubricante con precisión en puntos difíciles, se puede emplear también una aceitadora. Para su uso, se debe presionar a fondo mientras se mantiene inclinada.

Las cerraduras se deben engrasar con aceite ligero dos veces al año

Las cerraduras se deben engrasar con aceite ligero dos veces al año. Este producto se debe aplicar a través del ojo y del pestillo. Si el mecanismo no funcionara bien por haberse oxidado, habrá que desmontarlo para limpiarlo y engrasarlo con aceite, vaselina o grafito, aplicados con un pincel. Para esta tarea hay que evitar los líquidos grasos, ya que almacenan partículas de polvo que pueden atascar de nuevo la cerradura.

Para lubricar el mecanismo de un candado, la mejor elección es el aceite de vaselina, que se aplica con una jeringuilla o con un trapo.

Las hojas de los utensilios de corte, como sierras y seguetas, se pueden lubricar con jabón seco tipo Marsella. El mismo producto sirve para abrir y cerrar los cajones con facilidad. Solo hay que frotar los bordes con jabón.

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