Recurrir a esquineras para dar el acabado perfecto al alicatado

El corte de azulejos genera unos peligrosos y antiestéticos bordes irregulares
Por EROSKI Consumer 21 de julio de 2003

En otros artículos ya se han explicado los pasos que se deben seguir a la hora de afrontar el alicatado de cualquier estancia del hogar. Pero como en todo trabajo de bricolaje hay que asegurarse de que el acabado queda perfecto.

Cuando se lleva acabo el trabajo de alicatado, cabe la posibilidad de que queden lo que se llama «esquinas vivas» en el azulejo. Estas esquinas son aquéllas que se originan como consecuencia de cortar la baldosa, al quedar esta parte irregular a la vista. Dichos cantos son susceptibles de provocar enganchones o roces a las personas.

Para evitar problemas y a la vez generar una mejor estética visual en el acabado del alicatado, lo que se recomienda es proteger estos bordes irregulares con las tradicionales esquineras, que se pueden encontrar en las tiendas de bricolaje. Estas esquineras pueden ser de diferentes materiales (plástico, aluminio o madera, entre otros) y se comercializan en diferentes colores para adaptarse a la decoración de la estancia.

Cuando se hayan elegido las esquineras adecuadas, instalarlas será muy sencillo, especialmente si se colocan al mismo tiempo que se realiza el alicatado. Antes de cortar y colocar los azulejos que han de llegar hasta el borde de la pared, debe instalarse la esquinera aprovechando el adhesivo que se haya aplicado en la pared y luego poner las baldosas con el tamaño correspondiente.

En el caso de que se pretenda proteger unas «esquinas vivas» cuya presencia se haya advertido posteriormente a la realización del alicatado, la mejor opción es recurrir a los cantos de madera. Será suficiente con cortar la pieza a la largura necesaria para proteger todo el borde irregular, encolar bien la superficie y colocar la esquinera encima de los azulejos.

Si hay que actuar sobre una superficie alicatada en posición horizontal, se debe colocar primero una cantonera de madera que sobresalga lo suficiente para que entren tanto el grosor del azulejo como el propio adhesivo. Cuando esté bien fijada, habrá que instalar de manera habitual los azulejos.

Estéticamente mejorará el resultado y se eliminará la posibilidad de enganchones y roces.

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