Si la fachada de una casa es de ladrillo caravista es relativamente habitual pintar los que bordean las ventanas, sobre todo de color rojo y las juntas de blanco.
No obstante, también se pueden colocar o pintar los ladrillos de la fachada de una manera más decorativa, creando motivos poligonales policromáticos a modo de cenefa.
Otra opción pasa por pintar o colocar los ladrillos de forma que quede inscrito, por ejemplo, el nombre de la villa o el apellido familiar en la fachada de la vivienda, así vecino e invitados podrán reconocerla enseguida, aunque esto puede llegar a suponer un problema si posteriormente se quiere vender la casa.