Normalmente las estancias en las que colocamos un fregadero de acero inoxidable suelen estar recubiertas por azulejos, para que el agua no dañe las paredes. Otra opción pasa por tener media pared protegida de la acción del agua por azulejos y el resto pintada.
En esta ocasión proponemos integrar, aún más, el fregadero de acero inoxidable en la decoración de la cocina, aportándole un toque de modernidad a ésta última, a la vez que se protege la pared frente a la humedad colocando unas láminas de acero inoxidable.
Estas láminas cuentan con la desventaja de que requieren el mismo mantenimiento y limpieza que el fregadero para evitar que pierdan su brillo, algo no tan importante en el caso de los azulejos.
Deberá colocar una banda de acero inoxidable de una anchura aproximada de un metro, o la altura a la que calcule que puedan llegar a alcanzar las salpicaduras del agua, y una largura idéntica a la del fregadero. El resto de la cocina podrá pintarlo.
