Una puerta corredera para ocultar la lavadora o secadora

A la hora de instalarla es recomendable que quede integrada en la decoración del cuarto de baño
Por EROSKI Consumer 5 de febrero de 2004

La ubicación más habitual de la lavadora y la secadora suele ser la cocina, o bien el cuarto de baño, aunque hay hogares, en los que si se dispone de sitio, se instalan en las terrazas cerradas, o incluso en el sótano.

Un lugar muy adecuado para colocar la lavadora puede ser bajo el lavabo del cuarto de baño, sobre todo si éste se encuentra encastrado sobre una encimera. En este caso, la fórmula más recomendable sería instalarla justo debajo, colocando la toma eléctrica y de agua, y sus correspondientes desagües. Para evitar que esté a la vista se puede ocultar el electrodoméstico tras una puerta batiente o corredera, o bien tras una cortina impermeable a juego con la de la ducha.

La tarea de colocar unas puertas correderas puede resultar complicada, pero siguiendo estos pasos se facilitará el trabajo:

– El primer paso consiste en colocar y fijar los rodamientos en las partes superiores e inferiores de la futura puerta corredera.

– Colocar la guía o carril inferior y encajar los rodamientos en el mencionado carril.

– Encajar también los rodamientos superiores en el carril superior antes de atornillar éste en su ubicación definitiva, la parte superior del cuerpo del mueble.

– Levantar la puerta y presentar el carril en su emplazamiento definitivo, comprobando que la puerta se desliza sin problema alguno.

– A medida que va deslizando la puerta corredera se observará que en el carril superior se van dejando al descubierto agujeros para colocar unos tornillos con los que asirlo firmemente al mueble. Éstos se atornillarán a medida que aparezcan.

– Abrir de nuevo la puerta para colocar los que estaban cubiertos y terminar de fijar la puerta, que evitará que la lavadora y/o secadora queden al descubierto.

Si se decide por esta última opción, la más complicada, pero que ofrece un mejor acabado, es recomendable tratar de combinar el color de la nueva puerta con la decoración del cuarto de baño, a poder ser que sea igual que el del resto de los muebles. Si no es posible, se intentará llevar a cabo una combinación vistosa o, como última opción, se podrá pintar todos los armarios del mismo color.

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