A pesar de los síntomas evidentes de la desaceleración económica, de momento no parece estar perjudicando al consumo ya que durante el primer semestre del año se han disparado las importaciones españoles. A este avance de las compras en el exterior han contribuido los bienes de consumo, cuyas importaciones crecieron un 13% real, los automóviles, la confección y otras manufacturas.
La compra de automóviles fuera de nuestro territorio creció durante los seis primeros meses del año tres puntos por encima del aumento nominal del 8,8% para el conjunto de la importación española, situándose en un 11,8%, las manufacturas de consumo subían hasta un 13%, destacando el 20,9% de la confección, mientras que la importación de muebles se establecía en un 18,1%.
Pero estas cifras pueden resultar engañosas si se analizan en términos reales, dando como resultado una diferencia aún mayor, ya que al descontar el efecto de los precios, la tasa de aumento global de las importaciones se reduce al 6,6%, frente al 13%, prácticamente el doble, que crecen las compras de consumo.
Por el contrario, lo que sí descendió durante el periodo mencionado, fueron las importaciones de bienes de inversión, que cayeron un 2,5%. La caída más significativa se registró entre los meses de abril y junio, con un decrecimiento del 6,2% frente al 2,1% de crecimiento en el primer trimestre.
En lo que se refiere a bienes intermedios, el crecimiento real entre enero y junio fue del 7,1%, con una evolución muy similar entre los dos trimestres. Dentro de los bienes de consumo, hay que destacar la compra de automóviles que mantienen una cuota de aproximadamente el 70% del mercado nacional, correspondiendo a los coches de lujo una parte importante de esta cuota, de hecho las matriculaciones de este tipo de vehículos son las más elevadas entre enero y junio de 2001. El volumen de compras generado por el sector automovilístico fue de 1,23 billones de pesetas en ese mismo periodo.
