España es el quinto país de la Unión Europea (UE) cuyas empresas soportan mayores cargas fiscales, con un promedio del 56,9% sobre los beneficios, según se desprende de los datos de la publicación «Doing Business 2010» del Banco Mundial y recogidos por el Instituto de Estudios Económicos. Italia ocupa el primer lugar, con un gravamen total del 68,4% sobre los beneficios, seguida por Francia, con un 65,8%. Hungría y Bélgica comparten cifras por encima del 57%.
La carga fiscal empresarial engloba el impuesto sobre sociedades, las cotizaciones sociales y los impuestos sobre el trabajo a cargo del empleador, los impuestos sobre el patrimonio y transmisiones patrimoniales, los impuestos sobre dividendos y ganancias de capital, así como las tasas por recogida de basuras, impuestos de circulación de vehículos y otros tributos análogos, explicó el Instituto de Estudios.
La sociedad española lamentó la elevada carga fiscal que soportan las empresas en nuestro país dado que, como indica el informe del Banco Mundial, «allí donde la imposición es elevada suele haber menos inversión privada y más economía sumergida».
Otros estados con un elevado de gravamen empresarial son Austria (55,5%) y Suecia (54,6%). Entre el 40% y el 50% se sitúan, entre otros, en Estonia (49,1%), Finlandia (47,7%), Alemania (44,9%), Portugal (42,9%), Letonia (42,7%) y Polonia (42,5%). Los Países Bajos llegan a un 39,3% y el Reino Unido baja a un 35,9%. Entre los miembros de la UE con menores cargas fiscales destacan Dinamarca (29,2%), Irlanda (26,5%) y Luxemburgo (20,9%).