¿Deportistas en Bolsa?

A la decisión del corredor de Fórmula 1 Lewis Hamilton de cotizar en Bolsa podría acompañar la de otros deportistas de élite con importantes contratos publicitarios
Por José Ignacio Recio 9 de marzo de 2009
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Imagen: Keith Williams

Si primero fueron los clubes de fútbol europeos los que decidieron dar el paso para cotizar en la renta variable, ahora puede que sean los deportistas de élite quienes inicien este proceso, tras la decisión del corredor de Fórmula 1 Lewis Hamilton de sacar a cotización la empresa que gestiona sus derechos económicos en la Bolsa de Londres para pequeñas y medianas empresas. Tras conocer la intención del corredor de la escudería Mc Laren son muchos los expertos que consideran que otros ases del deporte podrían imitar su ejemplo y entrar en los parqués bursátiles de todo el mundo. Por el contrario, otros analistas del mercado indican que es una opción poco factible debido a lo complicado de fijar una cantidad, porque estas estrellas dependen de muchos factores que afectan a su cotización como contratos publicitarios, resultados deportivos, o tirón mediático.

Requisitos para ser candidato

Para que un deportista cotice en Bolsa deben cumplirse una serie de condicionantes que dependen de las particularidades de cada uno, así como del deporte en cuestión. El principal requisito para formar parte del índice de «los mejores deportistas del siglo» sería el de ser líderes en su disciplina y generar una fuerte suma económica en concepto de contratos publicitarios. Es por ello por lo que la posible lista de candidatos se reduciría, al eliminarse a aquellos deportistas de primer nivel expertos en deportes no mayoritarios o que no cuenten con difusión televisiva, o al hecho de no ser «mediaticos». También podrían cotizar en Bolsa otros deportistas cuyo tirón -a pesar de no ser de primera línea- les acarrea una amplia popularidad. El caso, por ejemplo, de la tenista rusa Maria Sharapova, incluida en la lista Forbes de las 20 estrellas menores de 25 años que más dinero ganan (ocupa el tercer puesto, ya que anualmente gana 23 millones de dólares, 15,7 millones de euros).

Es una inversión especulativa basada en la consecución de un título, la victoria en un partido o la mejor campaña realizada

Lo más problemático de la posible incursión de las estrellas del deporte en Bolsa estriba en cómo afectaría el desarrollo de su profesión en la cotización de las empresas que representaran. Los analistas inciden en que lo más difícil sería cuantificar sus logros deportivos. Además, no se pueden despreciar hechos puntuales que pueden afectar a la carrera profesional de un deportista (lesiones, accidentes, enfermedades o cambios de contrato) que podrían tener un efecto muy negativo en las acciones de estas hipotéticas empresas. Ello podría suceder con Lewis Hamilton, cuya valoración es atractiva debido a su condición de campeón mundial de Fórmula 1, pero un posible accidente en alguna carrera o cambios de estrategia en las escuderías rivales pueden relegarlo a una posición más modesta.

Inversión de riesgo

Invertir en un deportista sería una inversión especulativa, basada en la consecución de un título, la victoria en un partido o la mejor campaña realizada. Pero el principal riesgo radicaría en los elementos extradeportivos (lesiones, una mala temporada…), así como en la aparición de nuevas y rutilantes estrellas que pudiesen apagar el poder popular del deportista en cuestión. Es por ello por lo que el ahorrador, antes de apostar por ella, tendría que tener en cuenta algunas características especiales de esta inversión:

  • Es una inversión de carácter especulativo con un importante riesgo de inversión.
  • Es necesario considerar otros elementos para determinar la valoración de la empresa: lesiones, aparición de nuevos rivales, estado de forma, etc.
  • Como no son empresas tradicionales es complicado valorar el estado real de los títulos que cotizan.
  • Son compañías con un periodo de caducidad al corto plazo, por lo que no se podrían tener miras a horizontes más amplios.
  • La volatilidad de sus acciones es máxima ya que cualquier resultado adverso sería descontado con cierta agresividad por el mercado.
  • Su cotización oscila en función de los resultados que el deportista obtenga cada semana, e incluso, cada día.
LAS PYMES, EN BOLSA

En los próximos meses algunas pequeñas y medianas empresas españolas también podrían cotizar en Bolsa. Ello se debe a que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha admitido el inicio de un segmento especializado para pequeñas y medianas empresas dentro del Mercado Alternativo Bursátil (MAB).

Las pymes pasan de este modo a incorporarse al mercado español, donde ya cotizan sociedades de inversión de capital variable (SICAV) y entidades de capital riesgo. El objetivo de esta alternativa bursátil es poner a disposición de este tipo de empresas un lugar regulado específicamente para ellas con costes adecuados a su tamaño. A los efectos de ingresar en este nuevo mercado, las empresas interesadas deberán tener el capital totalmente desembolsado, no superar los 6,5 millones de euros de fondos propios y sus acciones ser libremente transmisibles. Además, tendrán que presentar sus cuentas auditadas con normas internacionales NIIF y su free-float (capital flotante) deberá ser mayor a los dos millones de euros.

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