Las tarjetas son muy útiles para pagar en un restaurante, en los comercios, aplazar abonos… pero además sirven también para ahorrar dinero. No todas valen para esta función, pero con algunas -que siempre hay que llevar en la cartera– se pueden obtener bonificaciones en las compras, aplazamientos de pagos sin intereses u obsequios a través de puntos generados por las adquisiciones que se hagan con ellas. A continuación se enumeran las ventajas que no deben faltar en el tipo de tarjetas que hay que llevar siempre encima.
Modos de ahorrar con la tarjeta
Hay cientos de tarjetas en el mercado, pero si lo que se desea es contar con una serie de ventajas al utilizar este medio de pago de manera regular, como descuentos, regalos, aplazamiento de abonos, etc., se tendrá que hacer una rigurosa selección que dé como resultado un pequeño grupo de «plásticos» que permitan beneficiarse de estas prestaciones. Estas tarjetas seleccionadas deben tener alguna de las siguientes ventajas:
Descuentos: algunas tarjetas llevan incorporada una línea de descuentos en grandes establecimientos y comercios, que pueden alcanzar hasta el 5%, y que también se aplican en segmentos comerciales más especializados (gasolineras, ropa deportiva, grupos hoteleros, etc.).
Aplazamientos sin intereses: generan que el cliente pueda demorar sus pagos, que podrá formalizar al mes siguiente bajo condiciones muy favorables, principalmente porque no contemplan intereses, ni tampoco ninguna clase de comisiones.
Ofertas y promociones: hay tarjetas que propician que los clientes, en el momento de realizar la compra, puedan beneficiarse de importantes bonificaciones en los productos, así como del acceso a ofertas y promociones que ayuden a contener sus gastos. También pueden acumular puntos que podrán canjear por regalos.
Beneficios por fidelidad: la estrategia de una mayor vinculación con una empresa, comercio o marca comercial conlleva grandes descuentos, además de un trato preferente y la posibilidad de aplazar los pagos sin ningún interés.
Gasolina más barata: se comercializan cada vez más «plásticos» que permiten repostar con descuentos muy agresivos.
Obtención de regalos: cada vez que se utiliza la tarjeta en las compras, se acumulan puntos, que después pueden canjearse por obsequios para toda la familia, unos regalos que incluyen también productos turísticos.
Comer por mejor precio: algunas tarjetas incorporan la posibilidad de obtener descuentos en cadenas de restaurantes, centros de ocio, estaciones invernales, etc. Estas bonificaciones oscilan, por lo general, entre el 2% y 5%.
