Seis trampas del dinero rápido

Intereses por encima del 30% o financiación que no pasa de los 500 euros son dos de los peligros que esconden las ofertas que proponen las plataformas en sus créditos rápidos
Por José Ignacio Recio 12 de abril de 2016
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Imagen: jinga80

Las ofertas que ofrecen las plataformas financieras para dotar a sus clientes de dinero rápido y con menos requisitos son incesantes. Sus propuestas se generan bajo todos los formatos posibles, incluso a través de pequeños créditos, que hacen que sean muy difíciles de rechazar. Pero hay que tener mucho cuidado con aceptarlas, porque muchas de ellas no son tan favorables como parecen al principio. Si no se desea caer en un error del que lamentarse, conviene conocer qué es el dinero rápido, así como las trampas y peligros que implica. De todo ello trata el siguiente artículo.

No todos son ventajas en la concesión de los créditos rápidos. Quienes los solicitan deben saber que tienen peligro serio de caer en procesos muy complicados, donde los gastos crecen de forma inesperada. ¿El resultado? Es probable que se acabe por aumentar el nivel de endeudamiento.

El dinero rápido acumula reclamos para mostrarse atractivo: facilidades, dinero de inmediato, sin necesidad de tener nómina, etc. Pero de igual manera conlleva unas condiciones en sus contratos que pueden resultar muy perjudiciales para finiquitar la operación. ¿Cuáles son las seis trampas del dinero rápido?

1. Penalizaciones en sus intereses

Cualquier incumplimiento en los plazos de los pagos, por mínimo que sea, generará unos intereses muy superiores a los pactados, incluso abusivos. No queda más remedio que leer la letra pequeña antes de firmar el contrato y, de este modo, evitar gastos innecesarios que puedan elevar el endeudamiento.

2. Responsabilizarse de la demanda

Con frecuencia estos créditos tan especiales se presentan bajo el gancho de que no es necesaria la nómina o pensión para su aprobación. A pesar de que puede que en algunos casos sea así, seguro que pedirán que el demandante responda de su concesión. En unos casos, esto será a través de los bienes de los que es titular (vivienda, coche, garaje, etc.) y, en otros, exigirán ingresos regulares mínimos, aunque no provengan del salario de su trabajo.

3. Rápidos, pero no tanto

Si bien una de las claves para comercializar estas líneas de crédito consiste en otorgarlos con gran agilidad, pueden pasar varios días hasta que el dinero esté en la cuenta corriente. El motivo es que la plataforma tiene que dar el visto bueno al crédito y los trámites administrativos pueden hacer demorar la entrega, que en muchos casos no será en el mismo día, como aluden en sus ofertas promocionales.

4. Intereses mucho más exigentes

Como contraprestación a las facilidades que dan las plataformas financieras para que sus créditos puedan ser contratados por los clientes, el dinero rápido conlleva un tipo de interés que puede llegar a ser abusivo, por encima del 30%. Y, si bien no incorporan ninguna clase de comisiones, el pago de las cuotas mensuales será más gravoso que a través de cualquier otro crédito.

5. Ofertas solo de captación

Los créditos rápidos brindan muchas ofertas con el fin de captar clientes. Pero muchas veces el único objetivo es ese: hacer nuevos clientes. Para ello, las ofertas incluyen créditos exentos de intereses, con bonificaciones o ampliación de los plazos de amortización. El problema es que el resto de clientes casi nunca tiene acceso a estas ventajas.

6. Escasa financiación

Los créditos de dinero rápido aportan cantidades pequeñas que sirven para afrontar muy pocos gastos de la vida familiar, ya que en muchas de sus propuestas ni tan siquiera llegan a los 500 euros, un escenario que no cubre las necesidades más básicas de los hogares. En otras palabras, el dinero rápido no sirve para reformar una vivienda, ni tan siquiera para sufragar un viaje para todos los miembros de la familia.

Plazos de amortización muy rígidos

Las familias que tengan la intención de suscribir una fuente de financiación rápida no deben olvidarse que son productos que cuentan con poco espacio para su devolución. Sus plazos son muy rígidos, mucho más que en otras líneas de crédito, y sus operaciones hay que cerrarlas en pocos meses, incluso en semanas cuando se trata de microcréditos diseñados por las plataformas financieras. No cuentan, por tanto, con mucho margen para su devolución.

Si se suscribe un crédito de dinero rápido, hay que asegurarse de que se podrá devolver en los tiempos acordados en el contrato y contar con los fondos necesarios para hacer frente a la operación (nómina, ingresos, rentas, etc.), ya que, de no ser así, las penalizaciones serán muy elevadas y pueden disparar en exceso el coste total.

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