Justicia abre en Cataluña el primer centro que mediará en las crisis de pareja fuera de los tribunales

Solucionará desde un divorcio o una separación a un conflicto por las pensiones de alimentos, el régimen de visitas o incluso una disputa por la vivienda
Por EROSKI Consumer 20 de julio de 2002

El Departamento de Justicia inauguró ayer el primer centro en España de mediación en conflictos familiares con el fin de rebajar la judicialización de las separaciones y divorcios y reducir además los episodios de violencia doméstica. El acuerdo de mediación que suscriban las partes en conflicto deberá ser ratificado por el juez que, sin embargo, lo podrá modificar si así lo considera.

Confidencialidad, voluntariedad, aprobación judicial de los acuerdos alcanzados y duración limitada del proceso. Son los principios en los que se basa la mediación familiar destinada a la búsqueda de soluciones extrajudiciales en el proceso de ruptura de las parejas. Parámetros de actuación que nacen del Código de Familia catalán de 1998 y la norma posterior que los desarrolla de 2001 y que ayer se hicieron realidad en el primer centro de España de mediación familiar, inaugurado oficialmente por el conseller catalán de Justicia, Josep Guàrdia.

Bajo el lema «Si ya no encajáis como pareja, hagámoslo fácil», el centro permitirá a las parejas en crisis someterse voluntariamente al papel de un mediador que les ayudará en la búsqueda de soluciones, sin necesidad de llegar a los tribunales. El acuerdo que suscriban las partes en conflicto tendrá que ser ratificado por un juez que además podría modificarlo si se considera necesario. Además de evitar el trámite de los tribunales en los conflictos familiares, la mediación también nace con la filosofía de «rebajar la presión e incluso evitar la violencia doméstica», auguró el conseller.

La pareja podrá acudir a un mediador por iniciativa propia o por indicador de un abogado o incluso de un juez, que podría interrumpir el proceso de separación para aconsejar una mediación. El acuerdo de las partes será vinculante si lo confirma un juez y, según el conseller de Justicia y los responsables del servicio, «no quitará trabajo a los abogados».

El centro cuenta ya con la colaboración de 274 mediadores entre abogados, psicólogos y educadores sociales, todos ellos con una titulación específica que se considera adecuada para esta tarea, y una formación planteada a este efecto. La mediación deberá resolver una crisis en un máximo de seis sesiones, aunque lo normal sean tres, y sólo se podrá llevar a cabo una al año por pareja.

Según sus creadores, la mediación, que será gratis para la gente sin recursos económicos, podrá servir para solucionar desde un divorcio o una separación a un conflicto por las pensiones de alimentos, el régimen de visitas a los hijos o incluso una disputa por la vivienda. El centro inaugurado ayer contará con la colaboración de los respectivos colegios profesionales que se encargarán de elaborar un registro de personas mediadoras colegiadas, comunicar los expedientes sancionadores y programar formación específica.

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