La crisis aumenta en más de siete puntos la tasa de desempleo juvenil en el mundo

España es el país con mayor número de desempleados jóvenes de larga duración
Por EROSKI Consumer 26 de julio de 2010

La población juvenil es la más afectada por la crisis económica mundial que estalló en el otoño de 2008. Según un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), «El empleo juvenil en crisis», desde que comenzó la crisis, la tasa de desempleo de los menores de 24 años ha aumentado en más de 7 puntos porcentuales -el crecimiento más brusco en dos años jamás registrado- y en la actualidad supera el 21% como término medio en los países para los cuales hay datos disponibles.

En total, las personas entre 15 y 24 años constituyen más del 22% del incremento en el número de desempleados desde comienzos de 2007 y representan cerca del triple del nivel promedio de los adultos mayores de 24 años. Además, con el «continuo empeoramiento de las condiciones del mercado laboral», el desempleo a largo plazo entre los jóvenes ha comenzado a aumentar en casi todos los países, en particular en España y Estados Unidos, destaca el informe de la OIT.

En nuestro país, esta tasa de desempleo llega al 40%, pero la OIT alerta de que el peligro ya no se limita a esa elevada proporción sino a que los trabajadores de 15 a 24 años han comenzado a convertirse en un grupo de parados de larga duración con consecuencias «devastadoras y persistentes». Además, «los jóvenes que carecen de educación general o profesional y de experiencia laboral son especialmente vulnerables a la crisis».

La Organización Internacional del Trabajo también destaca que muchos jóvenes empleados están «sobrecualificados» para la labor que realizan, lo que incrementa «la sensación de desaliento y precariedad». Alerta de que cuanto más tiempo permanezcan los jóvenes desvinculados del mercado laboral, más difícil y costoso les resultará regresar al empleo productivo. Además, destaca una serie de implicaciones sociales importantes relacionadas con la exclusión, que van desde «la vulnerabilidad a conductas antisociales, como la delincuencia juvenil y la tensión social».

Para tratar de revertir esta situación, la OIT ha lanzado una serie de recomendaciones entre las que figura el aumento de la permanencia en el sistema educativo mientras la creación de empleo continua débil, aunque esta medida debe ir unida a una política de impulso a la contratación de los menores, que evite la exclusión social.

Para la OIT es imprescindible una estrategia coherente que combine políticas macroeconómicas de apoyo con transiciones de la escuela al trabajo consolidadas y una ayuda bien estructurada para los parados. Según la organización, esto es «factible», dado que países como Alemania y Brasil han resultados muchos mejores que otros países con medidas de este tipo. La OIT no cierra los ojos a la precariedad presupuestaria que atraviesan los gobiernos, pero asegura que es «posible apoyar el empleo y, al mismo tiempo, alcanzar objetivos fiscales y sociales a largo plazo».

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