La reforma del IRPF que planea el Gobierno reducirá la presión fiscal de las rentas más bajas

Los incentivos a la compra de vivienda habitual no variarán, pero se extenderán al alquiler
Por EROSKI Consumer 17 de enero de 2006

La propuesta de reforma del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), que el Gobierno presentará a finales de mes, descarta reducir el tipo mínimo del 15% por el excesivo coste que supondría para la recaudación, pero a cambio elevará el mínimo exento de forma sustancial, con lo que reducirá la presión fiscal de las rentas más bajas, según informaron fuentes del Ministerio de Economía y Hacienda.

El Ejecutivo baraja que la reforma del IRPF ahorre a los contribuyentes unos 2.500 millones de euros, cifra que se dispararía si se baja el tipo mínimo del impuesto. A cambio, optará por elevar el mínimo personal exento y subirlo desde los 3.400 euros actuales hasta una cantidad por encima de los 10.000 euros. Esto podría hacer que cerca de cuatro millones de contribuyentes tuvieran un tipo impositivo del 0%.

Por otro lado, el Gobierno tiene previsto trasladar las deducciones por hijos de la base a la cuota del impuesto. Esto supondría que la deducción por hijo sería lineal para todos los contribuyentes, no como ahora, que las rentas más elevadas se deducen un importe mayor que quienes ganan menos.

Compra de vivienda

Cabe destacar también que la reforma no variará los incentivos a la compra de vivienda habitual, pero los extenderá al alquiler. Se plantea a su vez eliminar los porcentajes incrementados de deducción del 20% y el 25% que ahora pueden aplicarse sobre los primeros 4.500 euros invertidos por aquellos propietarios que están pagando una hipoteca.

Esto significa que alguien que comprara su vivienda en 2004 y que en la pasada declaración de la renta se dedujo 1.800 euros (4.500×25% más 4.500×15%), con la nueva legislación sólo podría deducir 1.350 euros (9.000×15%), es decir, 450 euros menos. A partir del tercer año de la compra, con la norma actual se puede deducir hasta 1.575 euros por declaración (4.500×20% más 4.500×15%) y si se suprimen los porcentajes incrementados la deducción máxima será de 1.350 euros. La pérdida, por tanto, en estos casos, ascendería a 275 euros.

Respecto a los planes de pensiones, se pretende suprimir los límites de aportación incrementados que existen para edades próximas a la jubilación que, según el Ejecutivo, sólo utilizan los contribuyentes con rentas muy elevadas y que pueden llegar hasta 24.000 euros. La intención es mantener el límite general de aportación en 8.000 euros e introducir una reducción para las prestaciones que se cobren en forma de renta. Ahora se prima el rescate en forma de capital.

Por último, en lo que se refiere a la tributación del ahorro, Hacienda ha optado por unificar el trato fiscal de todos los productos (plusvalías, intereses de depósitos bancarios, seguros, etc.), de modo que las rentas del ahorro paguen todas un 15% o, quizás, un 18%. En el caso de que se subiera esta cifra hasta el 18%, se establecería un mínimo exento. De este modo se aumenta la neutralidad del impuesto.

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