La Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) se ha convertido en el primer campus español en prohibir la venta de tabaco, mientras que sus facultades de Veterinaria han restringido la posibilidad de fumar a alumnos y profesores, que sólo pueden encender cigarrillos en unas zonas determinadas. La medida, que entró en vigor la pasada semana, responde a la aplicación de una ley de la Generalitat de Catalunya de mayo de 1991 que prohíbe la venta de tabaco en centros educativos, incluidas las universidades. La UAB ha aplicado ahora la medida no sólo a su campus en Bellaterra, sino también a los centros que tiene en Sabadell y Barcelona.
Las zonas restringidas para fumadores de las facultades de Veterinaria y de Letras forman parte de una prueba piloto que, en función de su éxito, se aplicará a otros centros del campus, con el fin de respetar «la buena convivencia entre los miembros de toda nuestra comunidad», explicó el vicerrector de la UAB Manuel Sabés. Paralelamente a la medida, el Servicio Asistencial de Salud de la UAB ofrecerá asesoramiento y un plan de ayuda individualizado a quienes deseen dejar de fumar.
Pese al respaldo general de la iniciativa, ya hay voces que han alertado de los efectos contraproducentes que ésta puede conllevar. Así, José Ángel Guimerá, profesor de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, advierte de que la prohibición de vender tabaco puede generar «la venta clandestina de este producto entre la comunidad universitaria».
Castilla-La Mancha
Por otra parte, el Gobierno de Castilla-La Mancha ha decidido reconsiderar su decisión inicial de prohibir fumar en los establecimientos hosteleros tras las protestas de los empresarios del sector, que criticaron la medida contemplada en el anteproyecto de ley sobre Drogodependencias por el grave perjuicio que les causaría. Los hosteleros defendían que de aplicarse alguna restricción a los fumadores debía ser, en todo caso, voluntaria por parte de cada establecimiento.
El consejero portavoz del Ejecutivo Regional, Emiliano García-Page, anunció ayer que el Gobierno «ha reconsiderado el carácter prohibitivo por lo que respecta a la regulación del uso del tabaco en bares y restaurantes». Pese a esta decisión, las autoridades regionales quieren estudiar otras fórmulas que mantengan el objetivo de la lucha contra el tabaquismo y que lo haga desde mecanismos más «flexibles y de cooperación».
