Las discrepancias entre los países marcan la Cumbre de la Tierra antes de su inicio

Mañana arranca en Johannesburgo esta cita con el reto de hacer realidad el desarrollo sostenible
Por EROSKI Consumer 25 de agosto de 2002

Expertos de los países participantes en la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible se reúnen este fin de semana en un intento de última hora de solventar las discrepancias sobre el texto que se debe aprobar en las sesiones que comienzan mañana.

La Cumbre de la ONU tiene la meta de acordar medidas para lograr los objetivos, nada modestos, de reducir los daños que la actividad humana inflige al medio ambiente y de mejorar el nivel de vida de los más pobres.

Las consultas entre los especialistas de distintos países y grupos de países son imprescindibles puesto que sigue siendo objeto de discusión más de la cuarta parte del borrador de los 78 folios del texto que se presentará a los jefes de Estado y de Gobierno reunidos en Johannesburgo.

«Lo de Río no puede volver a repetirse». Lo decía esta semana un portavoz de la Comisaría de Medio Ambiente de la UE y lo piensan gobiernos, organismos internacionales, ONG y ciudadanos conscientes de todo el mundo. «Lo de Río» es, diez años después de aquella Cumbre de la Tierra, el ejemplo más claro de cómo los grandes acuerdos internacionales son puro humo sin instrumentos financieros y de gestión que los respalden. A partir de mañana Río(+10) se da una segunda oportunidad en Johannesburgo, donde se citan 188 gobiernos de todo el mundo para avanzar en el «desarrollo sostenible» del planeta.

Heredado del cónclave brasileño de hace una década, este término -garantizar un nivel de desarrollo aceptable a toda la población mundial sin esquilmar los recursos naturales- abanderará los debates en los próximos diez días de una cumbre que nace cargada de buenas intenciones y de malos presagios. La actitud abiertamente obstruccionista -muchos hablan de boicot- de EE.UU. y la falta de concreción en las cuatro reuniones preparatorias hacen temer un nuevo fiasco.

En los últimos días se han intensificado los contactos entre representantes de las principales delegaciones para evitar improvisaciones y vacíos de última hora, en un intento de llevar perfilados tanto la declaración política final como los principales acuerdos. Estos deberían incluir, entre otros, el objetivo de reducir a la mitad la población que no tiene acceso al agua potable y a la sanidad para el año 2015; con ese mismo plazo, garantizar suministro energético como poco al 50% de los que carecen de él; reducción de la pobreza y el hambre de forma acelerada; invertir la imparable tendencia a la pérdida de biodiversidad; un marco jurídico de responsabilidad ambiental de Gobiernos y empresas, y abrir el comercio mundial a los productos de los países menos desarrollados.

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