El adicto a la compra siente la necesidad de comprar para restaurar su equilibrio personal, experimentando una sensación de plenitud y satisfacción durante el acto. Así se pone de manifiesto en el primer estudio de España sobre la adicción a la compra, publicado por un equipo de psicólogos de la Universidad de Santiago de Compostela (USC).
Después de la compra, subraya el estudio, vuelven a aparecer las emociones negativas que le llevaron a esa conducta, acentuadas por sentimientos de culpa por lo gastado y por la inutilidad de los productos que ha adquirido. El tipo de productos que adquieren los adictos a la compra se relacionan con la apariencia física, fundamentalmente ropa siguiendo los imperativos marcados por la moda, calzado y otros complementos del vestir, joyas y bisutería, música, arte, antigüedades, coleccionables y accesorios del automóvil.
El perfil del comprador compulsivo se corresponde con una mujer joven, de clase social media-baja, y aunque el problema surge a los 18 años no toman conciencia de su gravedad hasta los 30 o 40; y psicológicamente tienen una baja autoestima, tienden a la ansiedad, a la depresión y a reacciones compulsivas.
El estudio destaca que el adicto tiene la necesidad de ir de compras para sentirse bien, compra muchos productos que no necesita, a veces incluso varios artículos del mismo tipo, raramente le da uso a lo adquirido y mientras algunos los devuelve otros los acumula y otros ni siquiera los desembala o los oculta. Todo esto desencadena en una situación de endeudamiento y de engaños en su entorno.
El estudio revela que la mayoría de los afectados tiene padres o familiares muy directos que también presentan síntomas o conductas disfuncionales. Los responsables del estudio de la USC citan el «bombardeo publicitario» como la principal causa que influye en la aparición de este fenómeno y critican el hecho de que la publicidad potencie actitudes consumistas, transformando el valor original del producto en una fuente de satisfacción de deseos.
Los grandes centros comerciales son el principal foco de atracción para los adictos a las compras, sobre todo en época de rebajas y los expertos destacan que aspectos como la iluminación, la decoración y la colocación de los artículos incrementa la vulnerabilidad del comprador.
