10 trucos para ahorrar si estudias

Estudiar y no arruinarse es posible, aunque ayudan a ahorrar medidas como alquilar los libros y compartir el piso y los gastos con otros estudiantes
Por Blanca Álvarez Barco 7 de noviembre de 2016
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¡Sacar buenas notas ayuda a ahorrar! Y también estudiar en la biblioteca o ir en bici a clase. ¿Cómo? En las siguientes líneas se explica todo y también se detallan otros trucos para que estudiar y llegar a fin de mes sea compatible. Porque no es fácil sobrevivir siendo universitario, sobre todo si se vive fuera de casa. Al precio de la matrícula y los libros -más aún tras la continua disminución de becas y subvenciones- se suman los gastos de alojamiento, comida… ¡y algo de ocio! Para tratar de gastar lo menos posible, es importante conocer las mejores ideas que ayuden a estirar al máximo cada céntimo.

Cerca de 1.373.000 estudiantes se matriculan cada año en las universidades españolas en grados y másteres, señala el informe ‘Datos y cifras del sistema universitario español 2014-2015‘, realizado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Contar con una de las tasas más elevadas de universitarios de Europa (el mayor número tras Finlandia) es todo un éxito y la vida universitaria brinda experiencias únicas, ¡pero hay muchos gastos! Ahorrar para un estudiante no resulta fácil (es todo un arte), pero los siguientes 10 trucos demuestran que ¡es posible!

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Imagen: cuncon

1. Empezar a ahorrar antes de irse a estudiar

Si se cursan los últimos cursos de Bachillerato y en el pueblo o ciudad donde se vive no hay estudios universitarios, habrá que salir de casa para hacerlos y, por tanto, habrá muchos gastos. Por este motivo, no está de más ser previsores y empezar a poner dinero en una hucha o cuenta de ahorros al menos un año antes de tener que marcharse. Así se evitará comenzar desde cero y estar con la soga al cuello todo el curso.

Para calcular el gasto, puede ayudar una curiosa herramienta, creada sobre todo para los extranjeros que desean venir a estudiar un año a nuestro país. Esta completa calculadora toma en cuenta datos variopintos: la ciudad a la que se va, el tipo de alojamiento, los días que se comerá fuera de casa, el dinero destinado a compras o a llamar a la familia, etc.

2. Estudiar y sacar buenas notas

Haberse esforzado en los últimos años de instituto o colegio compensa. Así, en las universidades públicas, los estudiantes que hayan obtenido matrícula de honor en segundo de Bachillerato o Premio Extraordinario de Bachillerato no tienen que abonar precios por servicios académicos al matricularse del primer curso (hay que adjuntar el correspondiente certificado). Y, una vez iniciados los estudios, conviene seguir por el buen camino, ya que por las matrículas de honor que se tengan a lo largo de la carrera, es posible deducirse en el curso siguiente la cantidad que resulte en ese número de créditos.

Estudiar y sacar buenas notas puede ahorrar dinero también si, gracias al expediente, se obtiene una beca. Aunque las becas públicas han disminuido en cuantía, los estudiantes pueden aspirar también a numerosas becas de instituciones y fundaciones privadas.

3. Compartir piso… ¡y pasar poco tiempo en él!

El alquiler de una vivienda compartida de tres dormitorios puede costar desde 120 euros al mes en ciudades pequeñas, como Granada o Cádiz, hasta 300 euros en Barcelona, según exponen en diversos foros de Internet los propios estudiantes. La opción de compartir piso siempre es la más barata, mucho más que alojarse en un colegio mayor, una residencia de estudiantes o vivir solo.

En el caso de tener que estudiar fuera es importante estar atento e informarse bien sobre las ayudas y becas por alojamiento a las que se pueda tener derecho, aunque no son muchas.

Además de compartir alquiler, se puede ahorrar en luz y calefacción si uno no pasa el día en la vivienda. No se estará en el piso durante las horas de clase, pero también se puede estudiar en la biblioteca y comer en la facultad, bien en la cafetería -cuyos menús son baratos- o tomar en otras dependencias universitarias la comida hecha en casa.

4. Ir en bici o andando a clase

Ir andando a la facultad, o en bicicleta, es sano y muy barato. Si ya se tiene una bici, solo falta subirse a ella. Y si no se tiene, aunque se gaste dinero al comprarla, supondrá un ahorro a largo plazo. Además, a menos que se tenga un golpe muy serio, no llevará más de 40 euros al año mantenerla en perfecto estado.

En ciudades pequeñas, ir caminando a clase es una excelente opción. Y en las grandes poblaciones, siempre conviene optar por el transporte público antes que usar coche. Si hay que tomar metro o autobús, es preferible hacerse un abono (en casi todas las ciudades hay precios especiales para jóvenes).

También es buena idea, ya sea para volver a casa por vacaciones o hacer alguna excursión, compartir el viaje con amigos o recurriendo a servicios de economía colaborativa como BlaBlaCar.

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Imagen: SLU Madrid Campus

5. Comer sano ¡es mejor y más barato!

Aunque los estudiantes por lo general recurren con frecuencia la comida rápida y preparada para alimentarse, comer frutas, verduras y carne blanca es más sano y sale mucho mejor de precio. Si se desea aprovechar el tiempo y no tener que volver a casa para comer, se pueden preparar bocadillos y ensaladas para llevar a la universidad. Y para completar el ahorro, es importante aprender a planificarse al hacer la compra.

6. Usar la tarjeta de estudiante

¡Siempre hay que preguntar si se tiene derecho a descuento por ser estudiante! Con las tarjetas de estudiantes o la tarjeta joven se puede ahorrar en el cine, diversos espectáculos, el transporte, las copisterías, algunas peluquerías… Y, aunque no sean específicos para jóvenes, conviene aprovechar todos los descuentos y promociones que pueden utilizarse en los establecimientos comerciales.

7. Disfrutar del ocio gratis

No hay por qué arruinarse para divertirse. Los aficionados al cine pueden recorrer las salas de cine independientes, cineclub o filmotecas, que ofrecen proyecciones de cine de autor barato o incluso gratis. Es posible hacer escapadas al monte o conocer lugares cercanos sin necesidad de gastar mucho dinero, además de aprovechar el tiempo de ocio para visitar museos y exposiciones gratuitos. Y si lo que se quiere es salir de fiesta, se puede organizar una en casa con amigos -y amigos de amigos-, en lugar de salir de copas y dedicar un dineral.

8. Saber organizarse

Saber gestionar tiempo y dinero es esencial para sobrevivir como estudiante. Para no desembolsar ni un céntimo de más conviene llevar un registro detallado de gastos e ingresos y actualizarlo cada semana, para ver con claridad en qué se va el dinero y dónde recortar gastos.

9. Alquilar libros o comprarlos de segunda mano

Aunque sea una opción muy utilizada en otros países, en España aún no está demasiado extendida la cultura de la compra de libros de segunda mano o su alquiler. Pero esta alternativa permite ahorrar muchos euros. Hay varios sitios web de alquiler, como BookRenter o eCampus, donde se pueden encontrar miles de ejemplares de todas las materias.

10. Buscar trabajos compatibles con las clases

Camareros, niñeras, profesores particulares, entrenadores o dependientas de fin de semana son algunas de las maneras de ganar dinero si se es estudiante. Todos estos trabajos son muy típicos de estudiantes, ya que sus horarios son compatibles con las clases. Trabajar a la vez que se estudia puede ayudar a sufragar los gastos de la universidad o proporcionar un extra para darse algún capricho de vez en cuando.

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