Ahorrar energía al comprar un electrodoméstico

Las etiquetas de información energética y la correcta valoración de nuestras necesidades en el hogar puede suponer un ahorro importante a largo plazo, tanto para el bolsillo como para el medio ambiente.
Por EROSKI Consumer 10 de mayo de 2004

Todos los electrodomésticos cuentan en la actualidad con una etiqueta de calificación energética que los clasifica en varias categorías denominadas con letras de la A a la G según su mayor o menor eficiencia y consumo. También aporta otros datos importantes como su capacidad, los litros de agua que consume o el ruido que produce.

En el momento de la compra es muy importante fijarse con atención en estas etiquetas, ya que nos ayudarán en la decisión más importante: ajustar la capacidad del aparato a nuestras necesidades. Entre aquellos electrodomésticos que cumplan con nuestros requisitos, conviene elegir el que acredite una mejor eficiencia energética puesto que, con el paso del tiempo, el bolsillo notará un importante ahorro en agua y/o electricidad.

La decisión es crucial con aparatos domésticos que funcionan permanentemente, como los calentadores de agua, frigoríficos y arcones congeladores. Le siguen la cocina, la lavadora y el lavavajillas, de uso muy frecuente y un alto consumo de agua y energía.

En la línea marrón (televisores, cadenas de música, vídeos, etc.) el consumo de electricidad no es elevado. Sin embargo, muchos de estos aparatos suelen tener una opción de «stand by», es decir, que pueden estar conectados permanentemente en una función de reposo que consume un mínimo de energía, pero durante las 24 horas del día. La suma de este consumo al cabo de un mes o un año es importante, tanto que técnicamente se conoce como «consumo fantasma».

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