Cerraduras

En uno de cada dos robos en viviendas, los ladrones entran por la puerta. Por ello, es importante invertir en una cerradura con garantías
Por Azucena García 13 de julio de 2007

El pasado año cuatro de cada diez personas reforzaron las medidas de seguridad de sus casas. El incremento de los robos llevó a los propietarios a mejorar la protección de sus domicilios frente a los ladrones, para quienes la puerta es la principal vía de entrada. Según el estudio ‘La seguridad en el hogar 2006’, del Observatorio de la Seguridad, los delincuentes accedieron de esta manera al 55,1% de los pisos y al 21% de las viviendas unifamiliares que sufrieron su asalto. Ante estos datos, parece lógico que se opte por convertir la puerta de entrada en la principal barrera para cualquier intruso. Los modelos blindados y las cerraduras con varios puntos de anclaje son la solución más práctica si se quiere evitar robos. Lo habitual es que las puertas exteriores tengan cerraduras embutidas o en cajas, situadas en el lado estrecho de la puerta. Las interiores suelen optar por mecanismos más sencillos, que a menudo se abren con una manilla, aunque también es posible instalar en ellas cerraduras con llave, como ocurre en los armarios.

Reconocimiento oficial

Reconocimiento oficial

La adquisición de una buena cerradura requiere de un asesoramiento previo por parte de un profesional o, si no es posible contar con esta opinión, adquirir una cerradura en la que aparezca el logotipo ‘A2P’. Esta marca es un reconocimiento oficial, expedido por el Centro Nacional de Prevención y Protección (CNPP) de Francia, para certificar que las cerraduras han superado con éxito numerosas pruebas de resistencia. Distingue tanto los materiales de protección contra intrusos, como contra incendios, y clasifica las cerraduras con 1, 2 ó 3 estrellas. El número de estrellas marca la resistencia a la fractura. Cuantas más estrellas, más resistencia.

Otra marca que se debe exigir es la ‘N’ de calidad, que indica que la cerradura cumple con las normas UNE. Para obtener esta distinción hay que superar los requisitos de la norma correspondiente y una serie de ensayos. Por último, el marcado ‘CE’ es obligatorio en aquellos productos que responden a las Normas Armonizadas sobre Dispositivos Antipánico (EN1125) y de Emergencia (EN179). Es un marcado necesario si las puertas se instalan en salidas de seguridad.

Una cerradura para cada puerta

La instalación de cualquiera de estas cerraduras debe contar con las marcas de calidad que acabamos de mencionar:

  • Tubular. Está compuesta por un sistema ‘monobloc’. El picaporte y la cerradura forman parte de un mismo mecanismo. Cuenta con un botón que permite cerrar la puerta desde el interior o un orificio en ambos lados para llave. Es la cerradura más habitual en los baños públicos, pero también puede emplearse en el baño de la casa o en una habitación que se quiere cerrar por dentro. Eso sí, hay que tener cuidado porque el pestillo se puede enganchar y quedarnos encerrados en el cuarto. Precio: Unos 15 euros.

  • Embutidas o empotradas. Se encajan en el lado estrecho de la puerta o canto. Se emplean, sobre todo, en puertas exteriores acorazadas, en carpintería de madera o metálica. Es el sistema más utilizado en las viviendas. Se abren mediante una manilla que se coloca en el interior y, al girar, retrae el pestillo. En el exterior queda el embellecedor, sin manilla. La principal ventaja es que no hace falta cerrar con llave para que la puerta quede bloqueada, aunque hacerlo aporta más seguridad. El mayor inconveniente es que la hoja se debilita, debido a la necesidad de ahuecarla para instalar la cerradura. Precio. Entre 12 y 75 euros.

  • Sobrepuestas. Cuando no es posible encajar una cerradura en la puerta porque ésta es demasiado estrecha (menos de 40 milímetros de grosor), la cerradura se coloca a la vista o sobre la propia puerta. Este sistema se suele utilizar en las puertas exteriores (en un patio o jardín, por ejemplo) y se fija por el interior, que dispone de un tirador para abrir. No debilita la hoja, pero el principal inconveniente es que resulta más fácil de forzar que otros modelos. Basta con quitar la cerradura, sin dañar el marco o la puerta, para que ésta se abra. Precio: A partir de 15 euros.

  • Cerraduras de seguridad. Pueden elegirse las de embutir o sobreponer. Según las necesidades de seguridad, se colocan con un mayor o menor nivel de protección, con más o menos anclajes. Suelen contar con sistemas antiganzúa. Son las cerraduras más habituales en las puertas blindadas o dobles. Resultan muy prácticas en el hogar o en las residencias de veraneo, que están deshabitadas durante más tiempo. Se pueden comprar a partir de 50 euros.
    • Cilíndricas. Se emplean en las puertas exteriores, con un cilindro bombín (donde se introduce la llave) de pera o perfil europeo. Son las más frecuentes en una vivienda, pero también suelen instalarse en comercios, oficinas o edificios públicos, que exigen un nivel mayor de seguridad. Su precio ronda los 100 euros.
    • Multipunto. En puertas macizas o blindadas, incrementan la seguridad gracias a los puntos de anclaje (de 3 a 5). Estos puntos se colocan tanto en el lateral, como en la parte superior e inferior de la puerta. Así se consigue ‘engancharla’ al marco y dificultar el acceso a los cacos, aunque también será más caro abrirlas si nos olvidamos las llaves y hay que llamar a un cerrajero. Estas cerraduras son un poco más caras, 120 euros.
    • De borjas. Son más fáciles de forzar con una ganzúa, pero cuesta abrirlas con otros sistemas. Actualmente tienden a desaparecer, ya que cuando se desgastan son complicadas de duplicar y se enganchan más fácilmente. Su precio oscila entre 50 y 200 euros.

  • Electrónica o digital. Son las más modernas. Se abren y bloquean con un código, una tarjeta o, incluso, la huella digital. Su uso todavía está limitado a edificios con medidas especiales de seguridad u hoteles, aunque también se pueden instalar en una vivienda y programarlas gracias a la domótica. Son muy útiles en las puertas de los garajes o trasteros comunitarios, para que sólo los propietarios puedan entrar. Su precio oscila entre los 280 y 1.100 euros.

Tipo de llaves

Las cerraduras más habituales en la puerta exterior de una vivienda son las de borjas y, en mayor medida, las de perfil europeo. Estas últimas tienen un escudo protector, que las hace menos vulnerables a los ataques. Respecto a la llave, es más pequeña y ligera que la de una cerradura de borjas, aunque el precio y el acabado (en latón, acero o níquel) es prácticamente el mismo en los dos casos.

  • Llave plana. Se emplea en cerraduras de perfil europeo. Puede introducirse en el cilindro por ambos lados (reversible) y, según el fabricante, se vende junto con una llave de desbloqueo. Ésta sirve para abrir la puerta cuando, al otro lado, nos hemos dejado una llave puesta. Pueden costar unos 6 euros.
  • Llave de paletón. Es la que se utiliza en una cerradura de borjas. Tiene forma alargada en el centro y dos paletas dentadas en uno de los extremos. Es más pesada que una llave plana. Puede costar entre 4 y 7 euros, aunque los precios varían según el fabricante.
  • De serreta. Esta llave es la más frecuente en portales y cerraduras de sobreponer. Tiene un perfil dentado y su coste es muy barato. Está a la venta desde 1,5 euros.

Trucos y consejos

  • Cuando esté dentro de casa, cierre la puerta con llave y no la saque de la cerradura. Pondrá más dificultades a los cacos.
  • Gire siempre la cerradura hasta que salgan los pestillos y se bloquee la puerta.
  • Una buena cerradura es más efectiva que varios cerrojos. Son más fáciles de abrir.
  • Antes de instalar una nueva cerradura, colóquese frente a la puerta y fíjese si abre hacia la derecha o hacia la izquierda.
  • Si se atasca la cerradura, emplee grafito en polvo para solucionarlo.
  • Cuando la llave se enganche o no abra, pruebe a engrasar la cerradura con aceite o con un spray que encontrará en las ferreterías.
  • No use la llave para tirar de la puerta, emplee la manilla o el pomo.
  • Introduzca la llave por completo en la cerradura antes de abrir.
  • No utilice una llave en mal estado o deteriorada, puede dañar la cerradura.
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