La nevera y los equipos de cocina suponen un alto gasto energético y una losa para tu factura eléctrica. Las neveras congelan y mantienen nuestros alimentos, pero si nos marchamos de vacaciones o por un espacio medianamente largo de tiempo, no las necesitamos. Lo mejor, para evitar su gasto, apagarlas. Hay que descongelar su interior primero, teniendo cuidado porque se pueden formar pequeños lagos en tu cocina. Lo más recomendable poner algún recipiente o cubo para solucionarlo.
Una nevera bien cuidada consumirá menos. Mantenerla limpia y sin trozos de hielo es importante. La puerta debe cerrar herméticamente, sino el frío se escapa y la nevera debe solventar esa fuga, gastando más energía eléctrica.
La lavadora, la secadora o el lavaplatos nos hacen la vida más cómoda. Los tres dependen de la cantidad de carga que vayamos a lavar, secar o limpiar. Lo mejor, aguantar hasta realizar una carga completa y así estaremos ahorrando.
Un calentador de agua demasiado grande podría no servir a nuestras necesidades y además ser una carga económica. Otro tanto pasa con el horno, hay que buscar utilizarlo con varios platos dentro y evitar abrirlo cada cierto tiempo para ver «como va», ya que pierde calor.
