Según su resistencia, los suelos se dividen en tres grandes grupos: duros, medios y blandos. Sus características y los procedimientos de limpieza varían según su dureza. En esta ocasión nos centraremos en los suelos blandos. Veamos sus tipos:
–Suelos textiles, entre los que se encuentran las alfombras y las moquetas. Pueden estar compuestos de:
-Fibra animal, como la lana.
-Fibra vegetal, como el mimbre, la caña, el coco, el algodón, el cáñamo y el yute.
-Fibra química, como la celulosa y el acetato.
-Fibra sintética, como el PVC, el nylon, el poliéster. Estas fibras son algo más resistentes al rozamiento que las de fibra animal o vegetal.
-Mixtos, como los compuestos de fibra sintética y lana.
–Pavimentos resistentes o plásticos, como el linóleo, los termoplásticos, los vinílicos y los de goma.
Ventajas:
Son muy cómodos, silenciosos, blandos y cálidos. Resultan además fáciles de limpiar. Existe gran variedad de colores, modelos y texturas. Su colocación es bastante sencilla.Los resistentes o plásticos son impermeables, sólidos y muy duraderos.
Inconvenientes:
Los pavimentos textiles son poco resistentes al desgaste, delicados y sensibles a la humedad y a las quemaduras. También son muy porosos, por lo que se ensucian con facilidad.
Lugares de uso común
Las moquetas se colocan habitualmente en salones, pasillos y habitaciones, dada su gran variedad y versatilidad. En los lugares de paso frecuente, como los pasillos, se necesita un tipo de moqueta más resistente que en las habitaciones. Las alfombras se usan para proteger los suelos de madera y dar calidez a todo tipo de suelos duros, son además muy decorativas.
Los pavimentos resistentes o plásticos son comunes en empresas y locales públicos. En los hogares se pueden instalar en cocinas y baños y es frecuente su uso como protectores en formato alfombrilla o felpudo, o en exteriores.
Limpieza
Los suelos textiles son muy sensibles a la humedad, por lo que se han de mojar lo menos posible, también son sensibles a los productos químicos. Se deben aspirar con frecuencia para evitar la acumulación de polvo y la proliferación de ácaros y, sólo cuando sea necesario, se utilizarán productos neutros específicos para pavimentos textiles.
Los suelos plásticos son resistentes al agua y a los detergentes y por tanto sencillos de limpiar, con una única salvedad: nunca se deben usar disolventes petrolíferos, que podrían dañarlos.