Parques de bolas para niños en seis claves

Por unos 15 euros de media por niño se puede celebrar un cumpleaños de dos horas con juegos, merienda y piscina de bolas en un chiquiparque
Por Blanca Álvarez Barco 18 de noviembre de 2015
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Imagen: Wavebreakmedia

Garajes rehabilitados, los bajos de un centro comercial, locales convencionales… ¡En casi todos los lugares puede haber un parque de bolas! Los también llamados chiquiparques son estupendos para pasar con los niños una tarde de lluvia, y no hay cumpleaños que se precie que no se celebre en uno de ellos. Por un precio medio de cinco euros por hora, hay diversión para todos: piscinas de bolas, castillos hinchables, camas elásticas, tirolina, zona de deportes, discoteca y consolas. Pero, ¿son seguros para los pequeños? En principio sí, ya que para poder abrir estas instalaciones hay que cumplir con una normativa europea, además de las propias de cada comunidad autónoma. En este artículo se analiza en seis puntos todo lo que hay que saber sobre los parques de bolas.

1. ¿Qué atracciones hay en un parque de bolas?

Los parques de bolas son estructuras de psicomotricidad donde se paga su uso por horas. Surgieron en Estados Unidos para permitir a los padres realizar sus compras o ver una película, mientras sus hijos estaban entretenidos y seguros. Son idóneos para los meses de otoño e invierno, ya que se encuentran en espacios cerrados, y tienen grandes dimensiones.

Puerto Perico, Chikipark, Dinopeppino, Camelot… son solo una muestra de los cientos de centros de ocio infantil que hay repartidos por toda España. Las actividades que ofrecen son muy variadas, pues no solo tienen piscinas de bolas. Hay, además, atracciones como castillos hinchables, camas elásticas, circuitos, toboganes, canastas y porterías, lugares de dibujo o incluso tirolinas; y, siempre, con monitores a cargo de la vigilancia de los pequeños.

2. Chiquiparques para niños de hasta 12 años

La mayor parte de quienes frecuentan los chiquiparques tienen edades comprendidas entre los cuatro y ocho años, aunque están pensados para ofrecer diversión hasta los doce. Los niños que utilizan estas instalaciones acuden acompañados por sus padres para divertirse o pasar el rato durante unas horas o bien asisten para celebrar fiestas, como invitados o anfitriones.

Aunque hay parques que incluyen juegos que gustan a los mayores, los menores de entre 9 y 12 años se decantan más por otro tipo de cumpleaños y fiestas, como las de Princesas (que incorporan masaje, pasarela de moda, spa y merienda para niñas), las boleras, las pistas de patinaje o los campos de fútbol infantiles.

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Imagen: Prinsotel Hotels

3. ¿Son caros los parques de bolas?

Los precios varían entre ciudades, aunque el importe medio en las grandes urbes se sitúa en torno a unos cinco euros por hora y niño y unos cuatro euros cada media hora adicional. Además, se pueden sacar bonos de 10 horas por unos 55 euros.

Celebrar un cumpleaños tampoco es barato. Incluye dos horas de juego y merienda, que salen por unos 15 euros por pequeño. A veces es preciso llevar un mínimo de diez personas, con lo que hacer una fiesta nunca baja de los 150 euros. Un cumpleaños se celebra con dos horas (o dos y media) de juegos, merienda (a elegir entre sándwich mixto, de chocolate, pizza o perrito) y bebidas, discoteca, pintacaras y entrega de regalos al cumpleañero. Además, a cada invitado se le da una bolsa de chucherías a la salida. Hay piñata opcional y posibilidad de dar una merienda a los padres (ambos servicios se pagan aparte).

Para abaratar las fiestas, es costumbre que se unan varios niños con fechas de cumpleaños cercanas e inviten a amigos comunes (a toda la clase -unos 30 niños- es lo más frecuente). Los gastos se dividen después entre las cuatro o cinco familias cuyos hijos cumplen años en el mismo mes o trimestre.

4. La seguridad de los chiquiparques

Los parques de bolas deben contar con la licencia de apertura correspondiente, que tiene que estar expuesta en un lugar visible, y garantizar que todas sus instalaciones son seguras. A este respecto, las leyes de obligado cumplimiento son las normas UNE EN 1176-1, 1176-3,1176-7, 1176-10 y 1177, como explica Óscar Ania, responsable de Ventas y Marketing de Multiaventura, una de las mayores empresas fabricantes de parques de bolas. Luego, cada comunidad autónoma posee una normativa sobre centros de ocio infantil tanto de interior como de exterior.

El local donde se instale un chiquiparque debe ser amplio (conviene que no sea inferior a 150 metros cuadrados) y en algunos ayuntamientos exigen una altura de 1,65 metros por cada nivel, con una altura mínima total del local de cuatro metros.

Para los niños de 0 a 3 años debe haber unidades de juego específicas, y en estas zonas se requiere de una vigilancia constante por parte de un monitor o adulto. Estas áreas tienen que tener pequeños módulos de psicomotricidad (un tobogán, una piscina de bolas de menos dimensiones, suaves rampas, construcciones de gran tamaño…).

Los menores de entre 5 y 12 años cuentan con instalaciones más complejas. Varían mucho en función de la capacidad del local: piscina de bolas, rampas, toboganes, circuitos laberínticos, puentes colgantes, tirolinas, lianas, etc. Estos circuitos lúdicos deben estar construidos con un material plástico flexible de gran resistencia y las estructuras metálicas que lo sostienen deben estar debidamente protegidas y acolchadas, con material ignífugo.

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Imagen: Fort Rucker

Todas las unidades de juego tienen que estar protegidas contra el acceso por el exterior de las mismas, bien sea por red o paneles de cerramiento e impedir así que los niños puedan trepar por fuera de la unidad.

Los tubos o túneles de más de dos metros de longitud tienen que ser accesibles para los adultos por ambos lados; las piscinas de bolas accesibles por un tobogán deben tener una entrada y una salida separadas; y los toboganes tienen que contar con una adecuada superficie de caída, con pelotas u otras superficies que absorban impactos.

Los accidentes ocurren, a pesar de tener medidas adecuadas de seguridad. ¿Qué ocurre en estos casos? En primer lugar, para evitarlos en lo posible, los centros de bolas están obligados a disponer de personal que se responsabilice de la seguridad, del mantenimiento y de las condiciones de higiene necesarias. Además, tienen un seguro que cubre riesgos de incendio y otro de responsabilidad civil. Este es el que responde ante posibles daños a los asistentes provocados por las condiciones del lugar, las actividades desarrolladas o el personal que presta el servicio.

5. Información obligada al usuario

En los chiquiparques es obligatorio tener a la vista del público los horarios de entrada y salida y, en su caso, de la duración del espectáculo o la actividad. También deben estar colocados en lugar visible los precios, el nombre y domicilio de la empresa y las condiciones de uso. Además, deben contar con hojas de reclamaciones.

Los responsables de los establecimientos pueden impedir el acceso a personas que se comporten de forma violenta o que puedan molestar y alterar el desarrollo de la actividad, pero nunca pueden restringir el acceso de manera discriminatoria. Estas condiciones de admisión deben figurar en un lugar visible.

6. Recepción, cafetería y aseos

Todos los chiquiparques deben tener aseos accesibles a personas con discapacidad. Casi todos cuentan con baños adaptados a los más pequeños, de su tamaño, aparte de los aseos para adultos. Además, disponen de un área destinada a la recepción.

Como complemento al negocio se ofrece una zona de estar y servicio de cafetería para que los padres o acompañantes de los niños puedan quedarse en el centro si lo desean. En este caso, deben tener también la licencia correspondiente para esta actividad.

Parques de bolas, ¿un negocio redondo?

El sector del ocio infantil mueve en España millones de euros, y hay chiquiparques tanto de grandes cadenas de franquicia como empresas particulares. Montar un centro de ocio infantil puede ser un buen negocio, en especial si se tiene un local en propiedad. Si no, se debe elegir uno céntrico o donde no haya muchos y hacer una campaña publicitaria agresiva en puertas de colegios, supermercados, zonas cercanas a academias, etc.

El local, cuyo mantenimiento debe ser lo más barato posible, debe estructurarse en función del presupuesto y el espacio disponible. Una distribución óptima incluye lo siguiente:

  • 40% del local para zona de cafetería y área de padres.
  • 25% para zona de meriendas y espacio libre.
  • 35% para el sector de juegos.

En función del tamaño del local, se puede poner una estructura infantil y una para niños de 0 a 3 años, camas elásticas, campo de fútbol y baloncesto, zona de dibujo y área de hinchables.

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