Uniforme o ropa de calle, ¿cómo ahorrar?

Las dos alternativas pueden resultar muy costosas, si no se aprovechan las ofertas o no se heredan las prendas de hermanos y conocidos
Por Blanca Álvarez Barco 1 de septiembre de 2016
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Imagen: White77

¿Uniforme para los niños o ropa de calle? Ambas opciones salen muy caras, aunque heredando prendas en el caso de los uniformes y huyendo de las marcas y buscando ofertas si van de calle, se pueden ahorrar muchos euros. Lo importante es tratar de aliviar la presión sobre la economía familiar en el regreso a las aulas de los hijos y, en lo posible, no descuadrar un presupuesto ya maltrecho por la compra de los libros y el material escolar. En este artículo se desvelan algunas claves para ahorrar en la vuelta al cole en el caso de la vestimenta de los niños para este curso, ya sea uniforme o ropa de calle.

¿Uniforme o ropa de calle?

La vuelta al cole supone un desembolso de casi 400 euros por niño, según un estudio del comparador de precios idealo.es. Y el gasto en ropa no contribuye a reducir el coste del regreso a las aulas, tanto si el centro educativo tiene uniforme como si los pequeños visten de calle. El importe de los uniformes ronda los 150 euros por menor, aunque hay variaciones según la escuela sea pública o privada. Y, respecto a la ropa de calle, si se viste a los hijos con marcas, se gasta lo mismo o más.

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Imagen: DozoDomo

Casi todos los años se repite entre los padres y madres, los profesores, la dirección de los centros y la comunidad educativa el debate sobre si los escolares deben o no llevar uniforme. Mientras sus defensores arguyen comodidad, orden y economía, sus detractores abogan por el respeto a la construcción de la personalidad de los estudiantes. «La vestimenta forma parte de la imagen que una persona quiere dar de sí misma, y el alumnado se encuentra en una fase en la que debe encontrar cuál es la imagen que quiere transmitir», como indica José Luis Pazos, presidente de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (CEAPA).

Aunque algunos colegios quitaron de forma progresiva el uniforme hace tiempo -o no es obligatorio en todas las etapas educativas-, hay padres y centros que abogan por el uniforme para evitar sesgos socioeconómicos y si es barato. En este punto está el verdadero debate para muchas familias, pues desean ahorrar, y que no se les atragante aún más la vuelta al cole pagando un precio desorbitado por la ropa de sus hijos.

Cómo ahorrar al comprar un uniforme

Si se lleva a los hijos a un colegio con uniforme, ya se conocen los gastos que esto implica: falda o pantalón, camisa, medias, zapatos y jersey. Pero en algunos casos también tiene americana, corbata, chaleco, gorra, abrigo, mochila específica… Vestir a los niños con uniforme es cómodo y fácil, pero no siempre es barato. El coste de los uniformes varía mucho en función del tipo de centro educativo, ya sea público o privado. También se puede encarecer si la escuela exige que se compre en establecimientos determinados o marcas concretas. Aun así, hay algunas pautas que pueden seguirse para que el uniforme salga más barato:

  • Ir a colegios sin uniforme. La manera más sencilla y obvia de disminuir el gasto destinado al uniforme escolar es «matriculando a sus hijos en centros educativos donde no se usen», según señala Pazos.

  • Heredar y remendar el uniforme. Hay uniformes en los que resulta casi imposible ahorrar, pues los venden solo en el centro educativo. En estos casos, solo resta tratar de pasarlo de unos hermanos a otros y recurrir a las coderas, rodilleras y una buena mano de lejía para las batas con manchas más rebeldes. Además, siempre se pueden aplicar ciertos trucos para que la ropa dure más.

  • Comparar mucho los precios. Hay centros cuyos uniformes se encuentran en numerosos establecimientos. En este caso, se pueden comparar importes y acudir a la tienda con costes más reducidos. En algunos establecimientos, si se adquieren libros y uniforme, a veces sale más económico. En ocasiones, se dan cheques regalo para hacer compras con rebaja durante el curso o para material escolar.

  • Comprar prendas básicas y coserles el escudo. Si el colegio no es demasiado estricto y las prendas que conforman el uniforme son muy básicas, a veces se puede adquirir un pantalón, jersey y polo de cualquier marca y poner después un parche con el escudo del centro.

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Imagen: bykst

Consejos para ahorrar en la ropa de calle

Si llevar a los pequeños de uniforme ronda los 150 euros de media por cada hijo, vestirlos de calle puede salir también muy caro. La intensa atracción de los niños y adolescentes por las marcas puede dañar bastante la economía familiar. Sin embargo, hay algunas pautas que pueden ayudar a rebajar el coste y poder vestir de calle barato:

  • Huir de las marcas. No hay que transigir con las peticiones de los hijos para llevar ropa de marca, que debería utilizarse los fines de semana. El colegio no es el lugar adecuado para lucir el armario, sino que se debe llevar una vestimenta correcta y lo más neutra posible. Además, hay que comprarla de tejidos resistentes, ya que sufrirán muchos lavados y toda la intensidad de la vida escolar, en las aulas y en el patio.

  • Aprovechar las ofertas y rebajas. Al final del verano hay todavía rebajas en todas las tiendas. Y no solo se venden en ellas prendas muy veraniegas, sino que algunas, aun siendo de la época estival (camisetas, polos…), pueden utilizarse durante gran parte del otoño e incluso en invierno con un jersey o un buen abrigo encima. Además, numerosos establecimientos realizan promociones para el inicio del curso y, si uno está atento, los escolares irán al colegio con ropa de calidad y barata.

  • Hacer a los niños un «uniforme» de batalla. No se trata de encargar un uniforme, sino de organizar su armario -o si son mayores, que lo escojan ellos- de tal manera que tengan prendas básicas que solo utilicen para ir al colegio y que se repongan solo cuando ya estén estropeadas, como sucede en el caso de los uniformes escolares.

  • Aprovechar los descuentos a las familias. Muchas tiendas realizan descuentos a las familias que pertenecen a la Federación de Familias Numerosas. También hay algunas que tienen tarjetas para familias -numerosas o no- y premian su fidelidad con promociones y ofertas. No hay que perder estas oportunidades, como tampoco las ayudas para la educación a las que tienen derecho las familias numerosas.

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