Acreditar el conocimiento de español

El Diploma de Español como Lengua Extranjera (DELE) es el único certificado oficial que reconoce la competencia en este idioma
Por Marta Vázquez-Reina 19 de agosto de 2009
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Imagen: nick wiesner

Mozambique, Azerbaiyán o Nueva Zelanda son algunos de los 108 estados en los que se pueden realizar las pruebas para acreditar el conocimiento de español. Si el examen se supera, se obtiene alguno de los Diplomas de Español como Lengua Extranjera que expide el Instituto Cervantes en nombre del Ministerio de Educación. Conocidos como DELE, estos certificados oficiales acreditan el nivel de dominio lingüístico. Están reconocidos por administraciones e instituciones públicas y privadas de países de todo el mundo.

Enseñanza de español

El español está en auge. Es la segunda lengua más estudiada en el mundo, después del inglés. Más de 14 millones de personas, según datos del Instituto Cervantes en el curso 2006-2007, aprenden el idioma oficial de nuestro país. Esta institución prevé, además, que la cifra aumente de manera notable en la próxima década.

Diferentes hechos favorecen este crecimiento, entre ellos, la espectacular subida de la demanda del español en Estados Unidos. Más de seis millones de estudiantes optan por aprenderlo. En otros estados, la lengua española está asentada como segunda elección de los alumnos en la enseñanza oficial. Es el caso de Francia y de la mayoría de los países nórdicos. En Reino Unido, es la primera lengua extranjera que se imparte en sus aulas. En Brasil, se incorporará el próximo año como asignatura obligatoria en Primaria y se estima que el número de estudiantes se elevará hasta los 11 millones. Del mismo modo, desde mayo de este año, nuestro idioma es obligatorio en los institutos de Secundaria de Filipinas.

En otros estados, la lengua española está asentada como segunda elección de los alumnos en la enseñanza oficial

Tal como afirma en la “Enciclopedia del Español en el mundo” el secretario general de la Asociación de Academias de la Lengua Española, Humberto López Morales, ésta es “la cuarta lengua más hablada del planeta”. La utiliza un 5,7% de la población mundial. En 2030, se contabilizarán 535 millones de personas. “Para entonces -según López Morales-, sólo el chino superará al español como grupo de hablantes de lengua materna”.

Certificado de español

Los estudiantes de otras lenguas certifican sus conocimientos mediante diferentes títulos o diplomas acreditativos. De la misma forma, los alumnos que eligen el español como idioma de aprendizaje pueden acreditar su competencia por medio de los denominados Diplomas de Español como Lengua Extranjera (DELE). Creados por Real Decreto en 1988, son los únicos títulos oficiales que avalan el dominio del español.

En Francia, Alemania o Rumania, los DELE se han integrado en los planes de estudio oficiales

El Instituto Cervantes, que cuenta entre sus objetivos con la promoción universal de la enseñanza, el estudio y el uso del español, es el organismo responsable de la gestión y dirección académica, administrativa y económica de estos diplomas. Determina las directrices generales, establece los precios de las pruebas y firma acuerdos con universidades, instituciones y centros colaboradores para la realización de las mismas. Este organismo es el encargado de expedir los DELE en nombre del Ministerio de Educación español.

Desde su aparición hace dos décadas, los DELE han adquirido peso y reconocimiento en diferentes ámbitos. En Francia, Alemania o Rumania se han integrado en los planes de estudio oficiales y en otros países se han sumado como complemento a otras técnicas de evaluación. En España, están reconocidos como acreditación suficiente de competencia en español para cualquier actividad profesional o académica que lo requiera.

Contenido del examen

Más de 30.000 candidatos se apuntan cada año a las diferentes convocatorias del DELE. Es imprescindible acreditar la ciudadanía de un país en el que la lengua española no sea oficial o proceder de un territorio hispanohablante, pero residir en otro que no lo es. En este caso, se tienen que cumplir al menos dos de los siguientes requisitos: el español no tiene que ser la lengua materna de alguno de los progenitores, ni la primera lengua que se aprendió, ni el idioma de comunicación habitual; tampoco se pueden haber cursado en español parte o la totalidad de los cursos de educación primaria o secundaria. Los candidatos deben declarar por escrito que cumplen estas condiciones.

El español no puede ser el idioma oficial del país de procedencia o en el que se reside

La inscripción se realiza en alguno de los 600 centros autorizados, 58 de ellos en España. La lista completa se puede consultar en el directorio de centros DELE del Instituto Cervantes. Cada año se convocan los exámenes en tres fechas: mayo, agosto y noviembre. Pero no en todos los países. Hay que verificar con antelación las convocatorias disponibles en el país de preferencia. En general, el periodo de inscripción se abre entre uno y dos meses antes de la celebración de las pruebas.

Junto con la hoja de inscripción, los candidatos deben aportar el original y fotocopia de un documento de identificación y la declaración firmada, si es necesario, del cumplimiento de los requisitos de acceso al examen. A su vez, es necesario abonar los derechos de inscripción a la prueba, cuyos precios establece cada año el Instituto Cervantes y varían en función del nivel del examen y del país donde se realice. La diferencia entre algunas regiones es importante. Mientras en Albania el mínimo es 28 euros para el nivel A1 y el máximo, 56 euros para el C2, en Suecia, para estos mismos exámenes, las cuotas son de 96 y 196 euros, respectivamente.

Estructura

Los estudiantes interesados pueden inscribirse en el nivel que deseen, sin necesidad de superar antes la prueba de un grado inferior. Los exámenes DELE constan de cinco apartados diferentes, a excepción del nivel A1 que incluye cuatro:

  • Comprensión lectora: el candidato debe responder una serie de preguntas sobre diferentes textos expuestos. Se valora la comprensión.
  • Expresión escrita: consiste en la redacción de distintos relatos, más sencillos o extensos en función del nivel.
  • Comprensión auditiva: engloba diferentes ejercicios que el estudiante debe resolver a partir de diálogos o textos orales grabados.
  • Gramática y vocabulario: esta parte valora el conocimiento de palabras y expresiones a través de preguntas. Los candidatos eligen entre varias respuestas.
  • Expresión oral: en esta prueba, el estudiante tiene que mantener una conversación, de entre 10 y 15 minutos, con el tribunal que le examina.

    Una vez realizado el examen, el Instituto Cervantes comunica los resultados en un plazo aproximado de tres meses y remite las calificaciones a los examinados de forma individual, a través de los centros. Los resultados tienen vigencia indefinida.

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