Descubren en Cuenca fósiles de un ave prehistórica diminuta y de un cocodrilo único en Europa

El hallazgo del ave es especialmente relevante porque proporcionará información valiosa sobre los procesos de crecimiento de los primeros ejemplares
Por EROSKI Consumer 16 de julio de 2004

Un grupo de paleontólogos ha descubierto en el yacimiento del cretácico inferior de Las Hoyas, en la provincia de Cuenca, fósiles de un ave prehistórica, que es uno de los dinosaurios más pequeños conocidos, y del cocodrilo más primitivo hallado hasta ahora en Europa.

«Son dos hallazgos muy relevantes, en especial el del ave, ya que se trata de un pollo diminuto que proporcionará una información importante sobre los procesos de crecimiento de las primeras aves que aparecieron sobre la Tierra», explicó José Luis Sanz, responsable del equipo investigador.

El paleontólogo recordó que este yacimiento ha adquirido una relevancia mundial porque algunos de los fósiles encontrados allí han permitido confirmar la hipótesis del origen «dinosauriano» de las aves y han dado información básica sobre cuestiones como el origen del vuelo o la aparición de alas geométricas.

El fósil de ave encontrado «es el primero que tiene el cráneo completo, así como un esqueleto postcraneal bien conservado que, aunque es primitivo, es semejante o al menos comparable al de los pájaros actuales», apuntó Sanz.

El ejemplar tiene un fémur de 9 milímetros de longitud, por lo que el peso en vida del animal probablemente estaría entre 5 y 10 gramos, lo que lo convierte en uno de los dinosaurios más pequeños que se conocen.

El hallazgo tiene también mucho interés porque el número de animales recién nacidos durante los 160 millones de años del mesozoico es muy reducido.

Sin embargo, su importancia viene determinada sobre todo porque se espera que pueda permitir conocer cuestiones relativas a cómo crecían las aves primitivas. Además, permitirá dar más consistencia a la hipótesis de que lo primero que comenzó a desarrollarse en las primeras aves fueron los elementos mínimos para realizar un vuelo activo.

El otro hallazgo relevante es el fósil de un cocodrilo de 20 a 25 centímetros, que supone el segundo ejemplar de este tipo hallado en Europa, tras el que se encontró en 1992 en el mismo yacimiento, informó el conservador de la colección de fósiles de Las Hoyas, Francisco Ortega.

El ejemplar -que tiene el cráneo en unas condiciones de preservación excepcionales y prácticamente todo el esqueleto postcraneal- pertenece a un grupo de cocodrilos que no tenía registro en Europa hasta que se halló el primero en Las Hoyas.

Se trata de un grupo extraño que sólo se puede emparentar con otros cocodrilos que aparecieron de una forma relativamente abundante unos 60 millones de años después, en el actual desierto del Gobi, en Mongolia.

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