Uno de cada cuatro alumnos españoles sufre acoso o violencia en las aulas. Éste es uno de los datos más significativos que se extraen del estudio «Violencia y Acoso Escolar en España», realizado entre 25.000 alumnos de 14 comunidades (todas excepto Valencia, Baleares y La Rioja) y que ha sido presentado hoy.
Este informe, elaborado por Araceli Oñate, directora del Instituto de Innovación Educativa, e Iñaki Piñuel, director del «Mobbing Research» (Investigación del Acoso), revela que el riesgo de sufrir acoso escolar se multiplica por cuatro en niños con 7 u 8 años y disminuye progresivamente hasta el Bachillerato (16-18 años), etapa en la que el porcentaje de acoso en las aulas (en torno al 11%) coincide con el acoso que se produce en otros ámbitos, como el doméstico o el laboral.
En la presentación, los autores del estudio han señalado que del análisis de las encuestas rellenadas por los alumnos se deduce que existen unos 250.000 que sufren un acoso o una violencia «muy intensa», y que la mitad de ellos presentan consecuencias psicopatológicas y pueden llegar a la vida adulta con un daño crónico y ser más vulnerables ante otras formas de acoso.
Más entre niños
El acoso es mayor entre los niños (24,4%) que entre las niñas (21,6%), y las mayores tasas se han detectado en Andalucía (un 27,7%), País Vasco y Navarra (25,6%), y las más bajas en Aragón (18%) y Canarias (19,01%).
Entre los datos positivos del informe, destaca que tres de cada cuatro niños acosados no se convierten a su vez en acosadores. En cambio, es probable que el 60% de los acosadores acabe cometiendo un delito antes de cumplir los 24 años. Cabe destacar también que en el 20% de los casos son los propios compañeros los que detienen las actitudes hostiles hacia un alumno.
Los comportamientos de acoso más frecuentes que denuncian los niños son la utilización de motes, que no les dirigen la palabra, que se ríen de ellos cuando se equivocan, les acusan de decir cosas que no han hecho o dicho, se burlan de su apariencia física, les imitan, les pegan, o se meten con ellos hasta hacerles llorar.
Los acosadores suelen pertenecer a la misma clase que el acosado, aunque también a otros cursos superiores. No obstante, los autores han detectado que en un 3,7% de los casos los menores que se sienten víctimas del acoso apuntan a los profesores como responsables del mismo.
Para evitar esta situación, Oñate y Piñuel abogan por la puesta en marcha de un Plan Integral de Prevención de la Violencia y el Acoso Escolar que incluya la evaluación periódica de la situación, la implantación de protocolos de «buen trato», el establecimiento de planes específicos de formación del profesorado, y asesoramiento y apoyo a las víctimas y a sus familias.