La alta tasa de escolarización en preescolar, la ratio alumno-profesor y la calidad de la enseñanza universitaria son los aspectos más positivos del sistema educativo español, según el Barómetro 2007 de la Internacional de la Educación (IE). El informe constata que, en su conjunto, España no presenta «diferencias espectaculares» en materia educativa en relación con los 30 países más desarrollados.
Durante la presentación ayer del Barómetro, Fred van Leeuwen, secretario general de la IE, destacó la alta tasa de España en la educación preescolar, que se eleva al 97%, muy por encima de la media de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). «La situación de España en esta materia es admirable y recomendamos a otros gobiernos que sigan su ejemplo», dijo Van Leeuwen.
Al secretario general de la IE le sorprendió la tasa «increíblemente alta» de la enseñanza privada. «En Irlanda, otro país católico, el límite de la escolaridad privada se sitúa en el 1%, y en Italia, en el 7% en Primaria y en el 4,6% en Secundaria», observó.
Otro dato positivo es la ratio alumno-profesor. En la enseñanza pública se sitúa en 13,9 estudiantes por docente en Primaria, un índice que se reduce a 11 alumnos en Secundaria. En países aún más avanzados, como Reino Unido, las relaciones se sitúan en 18 y 15 alumnos por profesor en Primaria y Secundaria.
Van Leeuwen destacó también el «elevadísimo porcentaje de estudiantes universitarios», por encima de la media de la OCDE. En el tramo de edad entre los 25 y los 34 años, el 40% de la población española va o ha ido a la universidad.
Puntos débiles
Entre los aspectos negativos, el máximo representante de la IE lamentó el alto índice de abandono escolar en Secundaria, uno de los puntos débiles del sistema educativo español. «Es un problema gravísimo, porque sólo el 49% de los alumnos superan la Secundaria, muy por debajo de la media del 68% de los países de la OCDE», apuntó.
Otro déficit es el bajo presupuesto. España dedica a educación el 4,7% del Producto Interior Bruto (PIB), cuando la media de la OCDE se sitúa en el 5,8%.
