6 decoraciones navideñas que debes evitar si vives con una mascota

Cómo hacer que la casa sea segura para perros y gatos durante las fiestas de Navidad
Por Eva San Martín 6 de diciembre de 2018

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Luces que centellean, espumillón brillante, guirnaldas de colores chillones, flores rojas y delicadas bolas resplandecientes en el árbol. ¿Hay algún motivo para no rendirse ante la decoración de Navidad? Pues sí. Estos adornos pueden suponer un riesgo serio para nuestra mascota. Y aunque renunciar por completo al ornamento festivo puede ser complicado, sí conviene tener en cuenta algunos consejos acerca de qué, cómo y dónde colocar estas decoraciones navideñas y cuáles son mejor evitar si vivimos con un perro o gato.

El árbol de Navidad, ¿cómo hacerlo seguro para la mascota?

Los peligros y accidentes para perros y gatos crecen durante la Navidad, entre ellos, el riesgo de intoxicaciones, cortes y electrocuciones

Durante la Navidad hay algunos peligros adicionales para la mascota, entre ellos, «un mayor riesgo de intoxicaciones, cortes y electrocuciones», dice Manuel Lázaro, veterinario del Colegio Oficial de Veterinarios de Madrid. De hecho, las visitas por este tipo de accidentes ascienden un 10 % durante estas fechas. Y el peligro para el perro o gato empieza con el árbol de Navidad, el elemento decorativo favorito para la mitad de los españoles, por delante de las luces (un 20 %) y del belén (el 13 %), según un informe de Vente-Privée.

Un abeto con acículas (hojas afiladas) es un riesgo, así que debe estar bien sujeto para evitar caídas. Si es natural, además, hay que procurar que los animales no beban agua de la maceta, ya que no es extraño que contenga productos insecticidas o fungicidas (contra los hongos) que resulten tóxicos. Pero es que, además, las hojas son como agujas, afiladas y duras, por lo que si el can o felino las ingiere, le pueden producir una perforación intestinal. Por eso, no hay que olvidar pasar el aspirador con frecuencia, ya que las acículas secas caerán al suelo, y no solo porque pueden ser comidas por el amigo de cuatro patas, sino porque también le pueden causar heridas en sus patas.

Un truco para hacer el árbol de Navidad más seguro para la mascota es colocarlo en una esquina, en lugar de reservarle un espacio central y destacado en el salón. Esto lo quitará de su vista inmediata y evitará tener que cruzarse con él a cada instante, reduciendo la tentación de interactuar con el abeto.

Pero si esto tampoco impide que el perro o gato tenga ganas de saltar sobre él, se puede probar a cubrir su parte inferior con una malla de plástico o, mejor, de madera, cañizo o similar. Esta barrera le hará más complicado el acceso. Y, además, se puede colocar una botella llena de legumbres o cualquier otro objeto que haga ruido: en caso de que el amigo acceda al árbol, el sonido advertirá de su presencia y se podrá evitar el peligro.

Flor de Pascua y muérdago, peligrosos para la mascota

Hay plantas que son tóxicas para gatos y perros y, entre ellas, están algunas de las más características de la Navidad: la flor de Pascua y el muérdago. El consejo general, y el más seguro, es evitarlas. Pero si estos vegetales conforman parte de la decoración festiva de la casa, lo conveniente es ponerlas lejos del alcance del animal. Y hay que tener en cuenta que sus hojas y pétalos se caerán cuando estén secos, por lo que hay que asegurarse de que estas queden retenidas de forma segura en un mueble o tapete en alto. No es extraño que, aunque se coloque en sitios altos, pierda sus hojas y estas queden a disposición del amigo de cuatro patas.

«La flor de Pascua resulta especialmente venenosa para perros y gatos», apunta Lázaro, y hay riesgo de intoxicación seria en caso de que la ingiera. El simple contacto de un gato con ella es suficiente para generar una reacción cutánea. Por eso, si se puede evitar que la flor de Pascua y el muérdago entren en casa, mejor.

Img navidad decoraciones mascotas artImagen: Pixabay

Bolas, espumillón… obstruyen el intestino

Los canes y mininos, sobre todo durante su etapa de cachorros, son curiosos y se sentirán atraídos de forma natural por los brillantes y coloridos ornatos de Navidad. Por eso no es de extrañar que estos amigos olisqueen los adornos y mordisqueen cables, espumillón y hasta las bolas si no están vigilados. Los veterinarios recuerdan que las obstrucciones intestinales por ingerir espumillón (el cuarto adorno navideño que se debe evitar, o usar con cuidado) y otras decoraciones son frecuentes en Navidad.

A esto hay que sumarle que hay adornos, como las bolas, que dejan filos cortantes cuando se rompen, lo que incrementa el peligro de cortes y heridas. Lo más seguro es no emplear este tipo de decoración. Y, si resulta difícil prescindir de ella, lo adecuado es usar una malla para impedir el acceso de la mascota a la zona donde se encuentren estos ornamentos.

El espumillón añadirá un toque centelleante al árbol, pero hay que cerciorarse de colocarlo fuera del alcance de la mascota. El peligro es serio: si nuestro amigo se traga el espumillón, este puede bloquear sus intestinos y necesitará acudir al veterinario de urgencias para someterse a una intervención.

Luces, peligro de quemaduras y electrocución

La sexta decoración navideña que se debe evitar, o manejar con mucho cuidado, si vivimos con una mascota son las luces. Su brillo y color, en especial cuando centellean, resultan un reclamo peligroso para perros y gatos. Más allá de su apariencia decorativa, estos objetos funcionan con electricidad, lo que los hace estar a gran temperatura. Si el can o felino se acerca para jugar con ellas, puede quemarse. Pero es que, además, el mordisco en un cable puede suponer una descarga eléctrica.

Para evitarlo, toca desconectar los adornos con luz cuando la mascota esté sola en casa o no esté supervisada. Otro truco añadido es camuflar el cable bajo una alfombra para que no lo mordisquee.

Además, no es conveniente poner luces en las ramas bajas del abeto, ni en ninguna otra localización que las haga accesibles para la mascota; esto significa que hay que colgarlas en un sitio especialmente alto, en caso de los gatos. Y es que el amigo no solo puede enredarse en las luces y su cableado, también hay riesgo de quemadura e incluso puede electrocutarse si muerde el cableado.

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