Historias de cachorros

¿Cuándo puedo sacar a mi cachorro a la calle?

Es posible que haya aspectos en el mundo canino en los que vamos contra natura.

Por Hugo Galve 16 de noviembre de 2016
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Imagen: Pixabay

Durante todos mis años trabajando con perros he escuchado muchas, muchísimas historias acerca de los cachorros.

Hace unos años, tras conversar con algunos veterinarios, los estudios reglados en psicología canina no eran más que leves pinceladas sobre el asunto, es por ello que ya me crucé con alguno que no tenía conocimientos sobre psicología canina ni farmacología al respecto.

Por suerte, hay muchos que han realizado estudios adicionales sobre ello, másters. Tampoco es de extrañar la falta de especialización, existen veterinarios de medicina interna y especialistas en sus múltiples especialidades, y estos casos también se dan en la medicina convencional humana. Por la naturalidad que ello conlleva, espero no molestar a ningún veterinario, todos merecen mi más absoluto respeto.

Sin ánimos de generalizar, un aspecto veterinario que me disgusta sobremanera es que no formen e informen a los propietarios, sobre las posibles ventajas o inconvenientes acerca de una u otra actuación o decisión.

Recopilar, analizar, estructurar e informar

Por mi parte, como Dog Coach, además de realizar una toma de datos para su posterior análisis, una parte muy importante de mi trabajo es proporcionar información a los propietarios de perros y aconsejarles, basándome en la información existente y, por supuesto, tirando de lógica y sentido común, para que sean ellos quienes puedan tomar la decisión que consideren oportuna. Por mi parte, siempre aconsejo pedir varias opiniones para poder tener distintos puntos de vista, información amplia y obrar en consecuencia.

Pues bien, una de las historias que me más me fascina es aquella en la que el dueño de un cachorro me cuenta que no puede sacarlo a la calle hasta que no termine su plan de vacunaciones, según indicaciones de su veterinario. Si por suerte obtiene permiso para salir a la calle con el cachorro, éste debe ir en brazos del propietario.

Coño!! (perdón) es mi respuesta.

A esto le respondo con dos historias o argumentos.Debemos saber que tras el parto, la primera leche que los cachorros reciben se denomina calostro, amarillenta y densa, rica en anticuerpos, además de otras sustancias y nutrientes. Acaba de recibir su primera dosis de anticuerpos para luchar contra las infecciones que le esperan. El cachorro seguirá recibiendo defensas mientras se amamanta. También hemos de conocer que, aunque la madre haya sido desparasitada previo al parto, puede transmitir parásitos intestinales al cachorro mediante la leche. Aquí podrá intervenir el veterinario, nada serio. A medida que éste se va desarrollando comienza a formar su propio sistema inmunológico, cada vez más autosuficiente, preparándose para cuando termine su etapa de amamantamiento.

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Imagen: Pexels

Desde el nacimiento del cachorro, la madre sale de la paridera para liberar estrés, descansar y movilizar sus músculos, además de para realizar sus debidas expulsiones orgánicas. Una de las acciones que realiza la madre, como habitualmente hace cualquier perro, es desplazarse por cualquier terreno accesible, rastrear y oler otras micciones y defecaciones ajenas.

¿Qué ocurre cuando regresa con sus cachorros?

Es raro que desinfectemos, desinsectemos y esterilicemos a la madre previo al nuevo contacto con sus cachorros. Tras ese paseo de desconexión maternal, cuando regresa a la paridera con sus cachorros es portadora de agentes patógenos que pueden acabar con la vida de aquellos. Al final el cachorro entra en contacto sin darnos cuenta con lo que tratamos de evitar, posibles agentes patógenos, de forma aceptada y natural… o acaso ¿no lo habíamos pensado?

Otro de mis argumentos viene a colación del comentario anterior sobre los veterinarios (espero que no me lapiden). Hasta los cuatro meses (por estirarme) el cachorro está en la etapa de impronta (1). Si eliminamos todo el aprendizaje de esta etapa al cachorro, estamos aumentando las posibilidades de tener un perro adulto con problemas psicológicos o educacionales: no sabrá como comportarse con otros perros, miedo a ruidos, autobuses, comportamientos inadecuados con personas con adaptaciones (muletas) o bicicletas, patines, miedo a camiones y así hasta el infinito y más allá.

Y añado un argumento adicional. Cuando somos padres, sacamos a nuestros hijos a la calle desde el primer día. Es bueno respirar aire limpio, es excelente la luz solar (ayuda al sistema inmunológico por la producción de vitamina D que provoca), etc.

Y ¿por qué no sacamos al perro? Además, su sistema inmunológico y sistema digestivo está mejor preparado que el nuestro para cualquier inconveniente externo. Pero ya hablaremos de ello en otro momento.

Es que puede coger el moquillo o la parvo y morirse!!

Entonces ¿para qué están los veterinarios?

(1) Es la etapa en la que cualquier acontecimiento referente al cachorro puede dejar huella en su carácter y aprendizaje, de forma rápida e irreversible. Los primeros meses son vitales para su aprendizaje, socialización, desensibilización y educación que marcarán su futuro

En definitiva

Claro, en esta vida todo conlleva unos riesgos. Si no comienzo a dejar al cachorro suelto nunca sabré si de adulto podré soltarlo, corregirlo ni cómo se comportará ( Analizando su comportamiento). Si no aprendo a montar en bici es seguro que nunca caeré de ella.

Ya, pero si evito someterme a riesgos también evitaré momentos de felicidad, momentos de aprendizaje, momentos que me proporcionarán salud y bienestar. Y, sobre todo, momentos de aprendizaje.

Creo que ya conocen mi opinión acerca de sacar a los cachorros a la calle.La naturaleza se rige por una lógica y una sencillez aplastantes, no luchemos contra ello.

Bibliografía
www.adiestrandog.com
Imagen: Hugo Galve
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