El destete del cachorro de perro: seis preguntas con respuesta

El destete del can ocurre entre las tres y las ocho semanas de vida, debe ser gradual y acompañarse de comida nutritiva en papilla
Por Eva San Martín 13 de marzo de 2015
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Imagen: Mário Dias

El destete del perro es el paso gradual de su alimentación con leche materna a la comida de cachorro. Esta importante etapa de la vida canina comienza sobre las tres semanas de edad y debe prolongarse hasta las ocho semanas, para que el animal crezca fuerte y se convierta en un perro adulto sano y equilibrado. Este artículo responde a seis importantes preguntas sobre el destete del cachorro de perro: qué es, cuándo comienza, cómo acabarlo, cómo preparar la papilla de transición, cómo elegir los primeros alimentos y cómo vigilar a la camada para asegurarse de que todos comen lo que necesitan.

1. ¿Qué es el destete de los cachorros de perro?

El destete del cachorro de perro es el proceso gradual durante el cual la cría canina lactante comienza el cambio en su alimentación: se disminuyen las tomas de leche materna y empieza a introducirse una alimentación especial para cachorros. «El destete del can implica la reducción gradual de la dependencia del pequeño de la leche y cuidados de su madre», aclaran los veterinarios de la Sociedad Contra la Crueldad Hacia los Animales.

2. ¿Cuándo comienza?

A partir de las tres semanas de vida, los cachorros experimentan algunos cambios que les conducen a una etapa nueva en su desarrollo. Los pequeños comienzan a imitar los hábitos de su madre y se acercan con curiosidad a su comedero del que tal vez picoteen un poco de comida. Desde que nacen, los cambios externos e internos que sufren sus pequeños cuerpos preparan a los perritos para el progresivo abandono de la leche. Su estómago, por ejemplo, se agranda y aumenta así su capacidad de ingestión.

«El destete de los canes empieza alrededor de las tres o cuatro semanas de vida y se completa sobre las siete u ocho semanas de edad», añaden estos expertos. Esta fase es, en consecuencia, gradual, ya que se prolonga durante semanas.

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Imagen: Mário Dias

En ese periodo una loba o perra salvaje que viviera en libertad saldría a recoger comida, cazar o buscar carroña. La loba masticaría los alimentos y los regurgitaría de nuevo para alimentar a su camada. Con toda probabilidad, una perra hará lo mismo con su comida. Es un nuevo estímulo para los cachorros, que provocará que el instinto de succión que caracteriza a la lactancia desaparezca de modo progresivo y que aparezcan, en su lugar, unos diminutos dientes de leche.

3. ¿Cuándo acaba?

Lo idóneo es que el destete se prolongue hasta las siete u ocho semanas de vida de los pequeños canes. Para entonces, sus incipientes dientes de leche ya hacen daño a la madre cuando succionan su pezón, por lo que la perra no tardará en promover la entrada de sus hijos en el periodo de destete.

Sin embargo, es importante que se realice de una manera progresiva. Es fundamental, por tanto, respetar el proceso natural del destete y no cortar la lactancia canina de modo radical, ya que es uno de los momentos más importantes en la vida de los cachorros. Los pequeños aprenden de su madre y de sus hermanos importantes lecciones que les permitirán convertirse en perros sanos y equilibrados.

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Imagen: Johan Larsson

También la madre sufre con un final no gradual de la lactancia de sus cachorros. La mastitis, o inflamación de la mama, no es rara en las hembras que destetan a sus cachorros. La hinchazón se produce por un estancamiento de la leche, debido a la falta repentina de succión. Ante esta o cualquier otra anormalidad en las mamas de la perra, hay que acudir sin demora al veterinario.

Además, este fin de la lactancia suele coincidir con la separación de los cachorros de la madre, ya que no es frecuente que un único dueño críe a la familia completa.

4. ¿Cuáles son los primeros alimentos?

La hembra guiará de forma natural a sus hijos hacia el fin definitivo de su fase de lactancia. Los perritos desarrollan la capacidad de lamer la comida que obtienen masticada de su madre. Es el momento de introducir, entre toma y toma de leche, un alimento de transición.

Al comienzo, el cambio puede consistir en una papilla preparada con pienso de cachorro de alta calidad. La preparación es sencilla. Se ha de humedecer la croqueta hasta conseguir imitar la textura del bolo de papilla que la madre mastica y regurgita para sus hijos. La hidratación de la croqueta, sin embargo, ha de realizarse con aportes de agua y nunca con leche, pues el alto contenido en lactosa de la leche comercial provocará problemas digestivos en el cachorro, como diarreas.

Tras esta primera fase de alimentación con papillas, se debe reducir de modo paulatino la dilución de la croqueta, haciendo el alimento cada vez más sólido. Esta operación permite a los pequeños empezar a morder la comida, al tiempo que les procura un buen aporte de agua. Esto es algo que, por otra parte, nunca les debe faltar ni a los cachorros ni a la madre: agua fresca y limpia.

5. ¿Cómo vigilar a los cachorros?

Los perros son animales sociales, de manada. También los cachorros. Este comportamiento social explica que, para animar a los pequeños a ingerir su nuevo alimento sólido, suela funcionar dar de comer a todos los cachorros en el mismo en plato. Los perritos, por instinto, compiten por la comida y se estimulan mutuamente ante el nuevo reto que supone la comida sólida.

Vigilar el acceso de todos ellos a una cantidad suficiente de alimento es importante. Muchas enfermedades de los canes pequeños en esta fase están asociadas a una alimentación insuficiente.

6. ¿Cómo preparar la papilla de transición?

La alimentación para cachorros es específica y viene etiquetada como tal. Además, es muy importante que sea de buena calidad para que crezcan sanos y fuertes. «Los cachorros tienen requerimientos nutricionales muy grandes, pero sus estómagos son aún pequeños; por ello, tienen que comer unas seis veces al día para ingerir todo el alimento que necesitan», concluye un estudio de la Universidad de Misuri (Columbia, EE.UU.).

Hay que cerciorarse de que se les ofrece un alimento atractivo propio de la etapa de crecimiento que atraviesan y que facilite la transición del destete. Se les estará asegurando, además, algo muy importante en este periodo: una buena digestión. La capacidad digestiva del pequeño can está aún muy lejos de las de un perro adulto. Y una dieta completa evita la aparición de cualquier tipo de anorexia, muy dañina en esta fase del desarrollo.

El veterinario asesorará tanto en la fase final del destete, como en el comienzo de la dieta seca del can, además de indicar cuál es, tras el destete definitivo, el calendario de desparasitación y vacunas del pequeño peludo amigo.

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