El perro y el calor: consejos para combatir las altas temperaturas

Los perros no transpiran y tienen más riesgo de sufrir los mortales golpes de calor y deshidratación
Por Carolina Pinedo 22 de mayo de 2012
Img perro sombra
Imagen: superkas83

Los perros son igual de sensibles que los humanos a la deshidratación y a los golpes de calor. Sin embargo, tienen una dificultad añadida para regular su temperatura corporal: carecen de la capacidad de los humanos para transpirar. Por este motivo, hay que tener especial cuidado cuando los grados suben. Conozcamos a continuación algunas medidas necesarias para proteger a nuestros perros del calor.

Cómo actuar cuando el perro sufre un golpe de calor

Un perro puede sobrevivir a la falta de alimentos, pero si pierde más del 12% del agua de su cuerpo, es posible que muera

La rapidez es fundamental para salvar la vida del perro cuya temperatura llega a 43ºC. Hay que bajar cuanto antes el calor corporal y, para ello, hay que colocarle en un lugar fresco, mojarle con agua fría, ponerle hielo en la cabeza y en el abdomen y ofrecerle agua para que beba, poco a poco.

En esta situación extrema, «se puede empapar al perro con alcohol porque, al evaporarse con rapidez, ayuda a que la temperatura corporal descienda más rápido», describe Juan Antonio Aguado, veterinario de la clínica Montepríncipe de Madrid.

Prevención contra las consecuencias del calor

Para evitar las consecuencias del calor en nuestras mascotas, conviene:

  • No salir a hacer ejercicio o a pasear con el perro durante las horas del día de más calor.
  • Procurar que el perro tenga siempre agua limpia y fresca a su disposición, durante todo el año, aunque no haga calor. Un perro puede sobrevivir a la falta de alimentos, pero si pierde más del 12% del agua de su cuerpo, puede morir. Si el perro bebe mucho, incluso más de lo normal, no ocurre nada, porque la eliminará fácilmente. Solo hay que restringir el agua en caso de que el perro vomite mucho.
  • Si se nota que el perro tiene mucho calor, refrescarle el cuerpo y la cabeza con agua.
  • El aire acondicionado también es adecuado para los perros. Si se tiene posibilidad de tenerlo, el perro también lo agradecerá.
  • Recortar el pelaje si es muy largo, pero no dejarlo muy corto, ya que el pelo protege al perro tanto del frío como del calor. Cuando el animal cuenta con un «subpelo» (capa de pelo adicional), tiene mejor protegida su piel de las inclemencias climatológicas. Es el caso de las razas caninas nórdicas, como el Spitz o el Husky Siberiano, aunque estos perros lo pasan muy mal con el calor, ya que su morfología y pelaje están preparados para soportar mejor el frío que el calor.

Golpes de calor en el coche

La mayoría de los golpes de calor en perros ocurren en los coches. A menudo pensamos que, por unos minutos, con el coche a la sombra y una ventanilla entreabierta, el perro no corre peligro. Pero nada más alejado de la realidad. En solo unos minutos, el coche se convierte en una trampa mortal para el perro. El vehículo puede alcanzar temperaturas que superen los 50ºC cuando hace calor y el perro sufrirá en estas circunstancias una subida de temperatura corporal que hará peligrar su vida.

«No atendemos demasiados casos cada año de perros que sufren golpes de calor por las altas temperaturas, pero cuando los recibimos, son animales que llegan en estado crítico o que no sobreviven», afirma Manuel Lázaro, veterinario de la Clínica Mirasierra de Madrid.

Síntomas del golpe de calor en perros

El perro que alcanza una temperatura corporal entre 42ºC y 43ºC entra en una fase crítica difícil de superar. Los síntomas que pueden alertar de que el perro tiene una temperatura corporal demasiado alta son: mareos, sensación de que el perro está enfermo, respira con dificultad, jadea, no puede caminar, pierde el equilibrio, taquicardia, temperatura elevada, mucosas congestionadas, vómitos, diarreas y, en algunas ocasiones, shock o pérdida del conocimiento. Una vez que el perro entra en esta peligrosa fase, hay que actuar con rapidez porque si esperamos a llegar al veterinario puede ser tarde. Hay que intentar estabilizarle antes de acudir a la consulta.

Perros con más riesgo ante las altas temperaturas

Los perros que son chatos, como el Bulldog Francés, el Bóxer o el Pequinés, así como los animales que padecen sobrepeso y obesidad o insuficiencia cardíaca o respiratoria, son especialmente sensibles a sufrir golpes de calor. Esto se debe a que carecen de una correcta capacidad de refrigeración, por lo que es fácil que alcancen más de 42ºC.

En condiciones normales, la temperatura corporal de los perros oscila entre 38ºC y 39ºC

Los cachorros (antes del año de edad) y los perros muy mayores son también grupos susceptibles de padecer golpes de calor y otras complicaciones de salud, debido a las altas temperaturas. Los cachorros tienen un sistema inmunitario inmaduro y su capacidad de refrigeración no está al 100%, como en el caso de un perro adulto. Los perros muy mayores (a partir de 11 años) no pueden mantener una temperatura corporal adecuada con la misma facilidad que un perro joven. Hay que tener especial cuidado con ellos cuando comienzan las altas temperaturas.

Dificultades para eliminar el calor

Las primeras olas de calor son el preludio de las altas temperaturas que depara el verano. Cuando comienzan, es momento de tomar medidas para proteger a nuestros perros del calor. Estos animales no tienen la misma facilidad para refrigerarse que los humanos porque, según explica Juan Antonio Aguado, «carecen de glándulas sudoríparas para eliminar calor a través del sudor y solo lo pueden hacer a través de la respiración y del jadeo».

En condiciones normales, los perros tienen una temperatura corporal que oscila entre 38ºC y 39ºC, por lo que «tienen poco margen cuando sube su temperatura y pueden alcanzar rápidamente 41ºC o 42ºC, un punto en el que llegan al golpe de calor y pueden morir», explica Juan Antonio Aguado.

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