La filariosis o parásitos internos

El llamado gusano del corazón es uno de los parásitos internos que más ataca a los perros y es el causante de la filariosis
Por Carolina Pinedo 30 de enero de 2012
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Imagen: Wikimedia

Dificultad para respirar, incapacidad para hacer ejercicio, tos con sangre o pérdida de peso, son algunos de los síntomas que puede provocar la filariosis canina. Afecta más a los machos que a las hembras¸ sobre todo si viven en el exterior. Su detección y tratamiento temprano ayudan mucho a una recuperación satisfactoria del animal.

El causante de la filariosis es un parásito de nombre casi impronunciable: Dirofilaria immitis, un parásito que puede estar presente en cualquier lugar de la geografía española y que se transmite a través de un mosquito. Este parásito es un nematodo, o tipo de gusano, que en su edad adulta pueden medir de 12 a 30 centímetros. Las hembras son más grandes que los machos y su lugar de destino habitual es el ventrículo derecho del corazón, de ahí el nombre del gusano del corazón, aunque también se pueden hospedar en la arteria pulmonar.

La filariosis puede tener graves consecuencias para la salud del perro, pero incluso en los casos de más gravedad, la curación es posible con un tratamiento veterinario adecuado.

Transmisión

La filariosis puede ser transmitida por varias especies de mosquitos, que pican al perro para alimentarse con su sangre, al tiempo que le transmite el parásito. Si el animal ya padece filariosis, al chupar su sangre, el mosquito adquiere a su vez las formas juveniles del parásito, que se denominan microfilarias. El parásito se desarrolla en el interior del mosquito a lo largo de entre 8 y 18 días.

Cuando un mosquito se contamina con las microfilarias se convierte en un potente transmisor de la enfermedad, y al picar animales sanos les transmitirá las filarias que lleva en su interior.

Este parásito es un nematodo, o tipo de gusano, que en su edad adulta pueden medir de 12 a 30 centímetros
Cuando los parásitos acceden al cuerpo del perro, descansan en los músculos y en los cúmulos de grasa, y allí completan su desarrollo, hasta convertirse en especímenes adultos. Una vez transcurridos unos meses, inician su viaje hacia el corazón y arterias y venas próximos a este órgano.

Consecuencias de la filariosis

La presencia de los parásitos adultos en el perro desencadena dos graves situaciones:

La hipertensión de las arterias pulmonares. La gravedad de las consecuencias depende del número de parásitos adultos que haya, así como de la edad del perro y del estado de sus defensas. Los parásitos producen lesiones en las paredes interiores de las arterias, que se arrugan. La capacidad circulatoria de la sangre disminuye, por lo que aumenta la presión arterial.

Otra consecuencia es que el ventrículo derecho del corazón trabaja más forzado para compensar el atasco circulatorio provocado por la presencia de los parásitos. El resultado es el aumento de su tamaño y su posible congestión debido al esfuerzo, que puede provocar un fallo cardíaco. Es por ello que el perro que sufre esta situación se encuentra cansado, incluso cuando está en reposo.

Síntomas

Otros síntomas característicos de la filariosis son:

  • Tos.
  • Dificultad respiratoria.
  • Incapacidad para hacer ejercicio.
  • Pérdida de peso.
  • Hemorragias nasales.
  • Taquicardia.
  • Fallo cardíaco.

Los síntomas que son menos frecuentes consisten en:

  • Ceguera.
  • Fotofobia o intolerancia a la luz.
  • Bultos bajo la piel o nódulos subcutáneos.
  • Problemas o irregularidades en el funcionamiento de las glándulas salivares.

Prevención de la enfermedad

Los tratamientos preventivos se deben aplicar según indican las recomendaciones del veterinario y de los laboratorios fabricantes del producto. Es decir que hay que seguir a rajatabla las indicaciones sobre la dosificación y administración.

Antes de aplicar cualquier tratamiento preventivo es recomendable hacer una revisión para detectar si el perro ya tiene parásitos internos, porque es aconsejable aplicar el tratamiento preventivo cuando el animal está libre de parásitos internos. En las zonas de más riesgo de contraer la filariosis (humedales o zonas donde abundan los mosquitos) es recomendable llevar a cabo la prueba que sirve para diagnosticar la enfermedad, como poco, una vez al año.

Tratamiento

Cuando el perro contrae la filariosis, es complicado acertar con un tratamiento efectivo, pero existen medicamentos antiparasitarios eficaces para su prevención, que se administran una vez al mes.

La filariosis tiene varias posibilidades de tratamiento, según el grado de infestación del perro, pero lo mejor frente a esta enfermedad son los tratamientos preventivos. En la actualidad existe uno muy eficaz, que se aplica una sola vez al año. De esta manera, el perro queda bien protegido contra esta grave enfermedad durante varios meses.

Zonas de riesgo

Los perros que residen en zonas muy húmedas, con vegetación abundante, como en las cuencas de los ríos o marismas tienen más riesgo de contraer la enfermedad que los que viven en zonas secas y con escasa vegetación.

Cuando el perro contrae la filariosis, es complicado acertar con un tratamiento efectivo
La filariosis canina, que también se conoce como «enfermedad del gusano del corazón», porque es ahí donde los gusanos adultos se reproducen y mueren, tiene una mayor incidencia en ciertas partes de España. Por ejemplo, en el País Vasco, su existencia es casi nula, por ello en esta zona no son necesarios los tratamientos preventivos.

La filariosis suele afectar más a los machos que a las hembras y en concreto a los perros mayores de tres años, de tamaño grande, que viven en el exterior. Según estudios realizados al respecto, parece que hay más incidencia en razas como: Pastor Alsaciano, Pointer, Setter, Retriever, Beagle o Bóxer. Sin embargo, en perros mayores de 10 años la filariosis tiene menos incidencia porque crean defensas contra la enfermedad.

Consejos
  • Si se vive en zonas húmedas, como por ejemplo en la costa, hay que tener especial cuidado con las revisiones y los tratamientos preventivos.

  • El veterinario es quien mejor nos podrá aconsejar sobre los tratamientos más efectivos y sobre cómo utilizarlos.

  • Si se notan en el perro síntomas como cansancio extremo, pérdida de peso, hemorragias nasales o dificultades respiratorias, acudir al veterinario.

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