Muerte de la perra en el parto: las cinco causas más habituales

La dificultad para expulsar a los cachorros y la rotura del útero pueden provocar el fallecimiento de la hembra durante el alumbramiento
Por Carolina Pinedo 7 de enero de 2013
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Imagen: Katie

El fallecimiento de la hembra durante el parto no es frecuente. Sin embargo, pueden ocurrir circunstancias que desencadenen la muerte de la hembra de can, como la rotura del útero o difultad para expulsar a los cachorros. Las siguientes líneas describen las cinco causas más habituales por las que una hembra de perro puede morir durante el parto y explica qué hacer con los cachorros huérfanos en estos dolorosos momentos.

La muerte de la perra durante el parto no es habitual, ronda el 3% de los alumbramientos

Durante el parto, la hembra puede fallecer debido a una serie de complicaciones. De esta forma, una circunstancia alegre como es la venida al mundo de unos cachorros, se convierte en un momento de dolor y tristeza para los dueños de la perra, si bien «no es habitual», tranquiliza el veterinario Manuel Lázaro.

Para Simón Martí, miembro del Grupo de Estudio en Reproducción y Pediatría de Animales de Compañía, «si el parto se atiende de manera correcta, apenas hay riesgo de muerte». Sin embargo, en el caso de que la perra estuviera enferma o mal alimentada, «la mortandad ronda el 3% de los partos».

A continuación se describen algunos de los problemas que, con mayor frecuencia, pueden complicar la llegada al mundo de los cachorros y poner en peligro la vida de la perra.

1. Problemas de salud previos al parto de la perra

Las hembras con enfermedades de corazón (cardiorespiratorias) pueden tener más dificultades al traer a sus cachorros al mundo. Esta circunstancia, aunque no supone de forma segura una causa de muerte, sí puede poner en riesgo la vida de la hembra que no esté atendida de manera adecuada, con supervisión veterinaria.

Además de esto, el parto de la perra se complicará si confluyen otras complicaciones, como posibles problemas de los cachorros para atravesar el conducto del parto (distocia).

2. Dificultades para expulsar a los cachorros

Una mala colocación de los cachorros precisa a menudo la intervención del veterinario durante el parto del animal

El tamaño excesivo de los cachorros y la colocación incorrecta de las crías son circunstancias que dificultan su salida a través del conducto de parto de la perra. En este caso, si la hembra no está supervisada por un veterinario que ayude a solucionar la situación, tanto la vida de la perra como la de sus cachorros puede correr peligro.

Las hembras multíparas, que gestan varios cachorros (lo habitual es entre dos y ocho), tienen menos complicaciones en sus alumbramientos. Según Lázaro, la razón es que «el tamaño de estos cachorros es menor y, por lo tanto, su salida por el conducto del parto es más sencilla».

Sí hay más riesgo para perras braquicéfalas. Estas hembras de razas chatas y con cabeza grande tienen partos complicados debido al considerable tamaño de la cabeza de sus cachorros. El bulldog es la raza braquicéfala más propensa a tener complicaciones durante el parto, ante la dificultad de expulsar a las crías.

Tanto es así, que no es extraño que los veterinarios programen cesáreas para las hembras de esta raza, con el fin de evitar partos complicados que pongan en riesgo la vida de la progenitora y de los cachorros.

3. Problemas posoperatorios tras una cesárea

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Imagen: jeffreyw’s

Como en el caso de cualquier operación quirúrgica, una cesárea implica una serie de riesgos para la vida de la perra asociados a la anestesia, las hemorragias y las infecciones. No obstante, el veterinario Aitor Llamas destaca que «si no hay complicaciones durante la cirugía de la cesárea, la recuperación de la perra no tiene por qué poner en riesgo su vida».

4. Rotura del útero debido al peso de los fetos

El útero de la perra puede romperse si el peso de los embriones que crecen es excesivo para ella. Esta complicación, sin embargo, «no es habitual entre las perras preñadas y parturientas», asegura Lázaro. No obstante, en caso de registrarse, supondría una muerte segura para la perra.

5. Bombear demasiada sangre durante el parto

El síndrome de reperfusión, que implica un excesivo bombeo de sangre en la perra durante el parto, es una complicación poco habitual entre las hembras parturientas, pero de ocurrir es una posible causa de riesgo para la vida de la hembra.

Tras la expulsión de los cachorros puede producirse un bombeo de sangre demasiado cuantioso y repentino, que es capaz de provocar una parada cardiaca y el consecuente fallecimiento de la hembra.

¿Qué hacer con los cachorros huérfanos?

Los cachorros huérfanos tras la muerte de su progenitora en el parto dejan una responsabilidad en cuanto a su cuidado para sus dueños, pero también suponen una alegría y un bálsamo tras la muerte de la perra.

Los cachorros suponen un recuerdo del animal que se fue y que dejó una huella a través de la herencia genética de sus crías.

Puede darse la circunstancia de que algún cachorro huérfano sea prematuro. Estas crías necesitan más que el resto de recién nacidos caninos la alimentación con leche materna.

Las hembras de adopción pueden ser un salvavidas para cachorros huérfanos prematuros que necesitan ese contacto y calor. El veterinario Aitor Llamas explica que “es habitual que perras que están criando a sus cachorros cuiden a cachorros huérfanos de otra hembra”.

El biberón con leche adaptada para cachorros caninos es una buena opción para criarles. Este tipo de alimentación es recomendable durante, al menos, un mes.

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