Tiña, dermatitis atópica y acné felino son enfermedades que pueden afectar a la piel del gato. Algunas de ellas pueden resultar, además, contagiosas para las personas y la mayoría afectan a los cachorros, porque no tienen sus defensas desarrolladas. En este artículo se explican los problemas más habituales de la piel de los gatos; entre ellas, la alergia provocada por las pulgas, la sarna del gato o la llamada cheyletiella felina. También se ofrecen pautas para que el gato tenga la piel sana.
Enfermedades en la piel del gato: peligros
Ciertas enfermedades de la piel del gato pueden contagiarse a las personas, por lo que hay que extremar la higiene y consultar al veterinario Los cachorros de gato -sobre todo si provienen de la calle-, los felinos que viven en un entorno insalubre, así como los que padecen cáncer constituyen la población gatuna más proclive a padecer patologías dermatológicas. La tiña es la patología de la piel más habitual en cachorros de gato. Sin embargo, en el caso de los adultos, el problema de piel más frecuente son las alergias.
La veterinaria Cristina Serrano, especialista en felinos, cifra el porcentaje de gatos con patologías de piel que se atiende en una clínica veterinaria en un 20%. A continuación se explican cómo y cuáles son las enfermedades de piel más comunes entre los gatos, y cómo protegerles de estos problemas.
La tiña del gato, una enfermedad típica de felino callejero
Los felinos con parásitos, que habitan en condiciones higiénicas precarias o que son cachorros, son los más propensos a padecer tiña, una enfermedad producida por un hongo. «La tiña felina se puede contagiar a las personas y su tratamiento consiste en medicamentos antimicóticos; contra los hongos», explica Imanol Sagarzazu, veterinario.
En el caso de los gatitos menores de un año, es más probable que puedan contraer la tiña, ya que tienen las defensas más bajas que un felino adulto. La raza también puede predisponer a padecer tiña, como en el caso de la persa.
El acné del gato: una enfermedad de la piel
Los gatos de pelo largo son los más propensos a padecer el acné felino, una enfermedad de su piel
Los gatos de pelo más largo son los más propensos a padecer el acné felino, que consiste en unos puntos negros que aparecen en la zona del mentón. La razón de esta patología de la piel es la humedad que queda en la barbilla del gato cuando bebe agua.
El acné felino está provocado por una infección bacteriana que precisa un tratamiento con antibióticos y un champú para gatos específico para la zona afectada.
Enfermedades en gatos: dermatitis atópica o alergia en la piel
Un gato puede desarrollar alergias ambientales o alimentarias, que le producen prurito o enrojecimiento en la piel Las alergias a alimentos o sustancias ambientales, como los ácaros o el polen, son las causas que provocan los síntomas de la dermatitis alérgica: prurito, enrojecimiento o descamación de la piel del gato.
El felino con dermatitis alérgica se rasca de manera compulsiva y suele acabar por padecer una infección bacteriana, que precise un tratamiento con antibióticos, además de averiguar la cuál es el alergénico que provoca la patología.
Gatos con alergia a las pulgas
Los felinos con pulgas pueden padecer una reacción alérgica en su piel, «que siempre se manifiesta en el cuello del gato, aunque las picaduras las sufran en otras zonas de su cuerpo«, explica Sagarzazu.
Frente a estas irritaciones de la piel del gato provocadas por parásitos, la primera medida es eliminar las pulgas con insecticidas y, después, administrar antibiótico para frenar la infección bacteriana de la piel del cuello del gato provocada por estos saltarines parásitos.
Cheyletiella felina, un ácaro del gato que produce mucho picor
Imagen: Torrey Wiley
Un fuerte picor y una descamación de la piel del gato, similar a la caspa, son los síntomas que presenta un gato que padece cheyletiella. Esta patología dermatológica la suelen sufrir los cachorros felinos, y está provocada por un ácaro.
El gato que padece la cheyletiella la puede transmitir a las personas. El veterinario tratará esta patología de la piel del gato con antibióticos.
Otodectes, un problema de la piel del oído del gato
La otitis o inflamación y dolor del oído es el principal síntoma de un felino que padece otodectes. Los más vulnerables son los cachorros de gato la calle. Su madre, también infectada, les transmite los parásitos, que se alojan en el oído, a través de su leche.
Los medicamentos para combatir la otitis (antiinflamatorios y antibióticos), así como productos antiparasitarios, son empleados para tratar esta enfermedad.
La sarna del gato, un problema de piel
La sarna demodécica es poco habitual en los gatos y no resulta contagiosa para las personas, ya que es una enfermedad que se desarrolla a través de un parásito (ácaro) que tenemos en la piel, tanto los gatos como las personas. Este ácaro se activa cuando el animal está enfermo y sus defensas no funcionan a pleno rendimiento.
Otro tipo de sarna que es más frecuente en los gatos es la llamada sarcóptica, que se produce cuando las condiciones higiénicas del felino son inadecuadas. Los síntomas de esta sarna son picor, rojeces y descamaciones. Y, en caso de que la enfermedad se encuentre en estado avanzado, un peculiar y desagradable olor en la piel del gato.
Cáncer en la piel del gato
Las enfermedades cancerígenas provocan en la piel del gato heridas, irritaciones e infecciones. Es el caso de los tumores, que precisan tratamiento oncológico. Estas patologías, sin embargo, son más habituales en gatos mayores.
1. “La alimentación es fundamental para que el felino tenga la piel sana“, asegura Cristina Serrano, veterinaria especialista en gatos. “Es recomendable un pienso de gama alta, rico en ácidos grasos omega 3 y 6, que mantiene la piel del gato en forma”, indica.
2. La desparasitación interna y externa es una cuestión fundamental para evitar infecciones, irritaciones y heridas en la piel del gato.
3. La ingestión de malta por el gato ayuda a evitar las bolas de pelo que se forman en su estómago debido al acicalamiento. La malta también se puede adquirir con añadido de ácidos grasos omega 3 y 6, “lo que ayuda a mantener el pelaje del gato sano y brillante”, comenta Serrano.