Pulgas y garrapatas: prevención y tratamiento

Los parásitos abundan más en determinadas áreas geográficas y aparecen de manera más habitual en animales con determinadas costumbres
Por Carolina Pinedo 30 de enero de 2012
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Imagen: devra

Las pulgas y las garrapatas no sólo resultan molestas y desagradables, sino que también pueden transmitir enfermedades. La mejor arma contra estos parásitos es la prevención, pero además de ellos también hay que tener en cuenta a los mosquitos como transmisores de graves enfermedades. La primavera es el momento en que los parásitos recuperan su actividad y aplicar los tratamientos antiparasitarios adecuados es fundamental para mantenerlos a raya.

Los parásitos abundan más en determinadas áreas geográficas y aparecen de manera más habitual en animales con determinadas costumbres. De esta manera son mucho más frecuentes las pulgas que las garrapatas en el norte de la península por su clima húmedo y sin embargo las garrapatas son más habituales en el centro y el sur. Hay varias especies de garrapatas que se encuentran en distintas zonas geográficas, entre ellas la Ixodes, Ripicephalus o la Dermacentor.

Estilo de vida del perro

Un perro que vive en un piso en la ciudad tendrá menos probabilidades de tener garrapatas que otro que corretea todos los días por el campo, o que tiene acceso al jardín y se relaciona con muchos perros.

Los productos antiparasitarios externos para animales suelen ser los mismos para prevención y para tratamiento de eliminación
La época más activa de los parásitos es la primavera y el verano, con la subida de la temperatura se reactiva su metabolismo aletargado con el frío. Sin embargo, los inviernos son cada vez más suaves y el alojamiento de los perros más cálido, por lo que es probable que pulgas y garrapatas también puedan parasitar al perro durante la época del frío.

Pulgas o garrapatas

La patología producida por los parásitos externos varía en función de si se trata de pulgas o garrapatas. En el caso de las primeras ocasionan trauma e irritación producidos por las mordeduras o picotazos que desencadenan una reacción alérgica a la saliva de la pulga.

En el caso de las garrapatas pueden provocar, además de irritaciones por las mordeduras, reacciones de hipersensibilidad local, anemia si su número es elevado y parálisis debido a las secreciones tóxicas de las garrapatas. En el caso de los mosquitos las molestias propias de las picaduras no son tan graves como el hecho de las enfermedades que pueden transmitir al animal.

Enfermedades

La compañía de pulgas y garrapatas no es nada recomendable para los perros. Les pueden contagiar enfermedades como:

La «babesiosis» o «piroplasmosis» la transmiten las garrapatas y tiene su mayor incidencia en el tercio norte de España. Produce fuertes anemias y requiere tratamiento urgente.

La «enfermedad de Lyme», «fiebre de las montañas Rocosas», «fiebre Q» o «fiebre de las garrapatas», son poco frecuentes en España.

La «Erhchiosis» también la transmiten las garrapatas y cuenta con una sintomatología muy variada. Esta enfermedad se diagnostica con bastante frecuencia en las consultas veterinarias.

En el caso de «Dipilidium» es un tipo de tenia que transmiten las pulgas.

La Leishmaniosis es muy frecuente en la mitad sur de España y la transmite un mosquito llamado Phlebotomus.

En el caso de la filarosis o «enfermedad del gusano del corazón», se producen graves trastornos cardiorrespiratorios y la transmiten los mosquitos. Su incidencia se produce sobre todo en el sur y en la cuenca mediterránea.

Cómo combatir pulgas y garrapatas

El tratamiento contra pulgas y garrapatas debe centrarse tanto en el animal como en el entorno donde vive y, si es posible, también en el exterior más próximo donde vive el perro. Es importante elegir un buen producto, en un formato adecuado y usarlo con la frecuencia necesaria.

Los productos antiparasitarios externos para animales suelen ser los mismos para prevención y para tratamiento de eliminación. En general este tipo de productos pueden resultar tóxicos si no se utilizan de manera correcta. Por ello es importante seguir las instrucciones del veterinario en este sentido, que tendrá en cuenta si el animal es cachorro o adulto, o si se trata de una hembra gestante.

Efectos antiparasitarios

La acción de los productos antiparasitarios se mide por su eficacia en dos aspectos: Su «efecto letal» o la capacidad del antiparasitario para eliminar parásitos al poco tiempo de su aplicación y el «efecto residual» o la capacidad de permanencia del producto en la piel y el pelo del perro así como de seguir actuando una vez que ya han transcurrido días o semanas de su aplicación. En esa capacidad residual influye el estilo de vida del animal. Por ejemplo, si permanece mucho tiempo en el exterior o si se moja con frecuencia.

Formato de los productos

Baños o soluciones antiparasitarias: proporcionan un efecto inmediato y se caracterizan por tener una buena capacidad para penetrar bien el manto de pelo, aunque sea abundante. Para conseguir que su efecto perdure no hay que aclarar el pelaje del perro, sino dejarlo secar. Si se usan de manera frecuente son muy eficaces.

Polvos insecticidas. Se caracterizan por ser eficaces y bastante seguros.

Collares antiparasitarios. Son muy eficaces y cómodos, están compuestos por un soporte de plástico que contiene insecticida.

Los parásitos abundan más en determinadas áreas geográficas y aparecen de manera más habitual en animales con determinadas costumbres
La eficacia de este producto depende de la composición antiparasitaria del collar y de la calidad del soporte de plástico. Hay que tener cuidado cuando conviven varios animales, porque al jugar pueden tragar trozos de collar, lo cual puede resultar muy tóxico. Hay un collar antiparasitario que contiene «deltametrina», que es muy eficaz y duradero, además de tener efecto repelente con los mosquitos.

Antiparasitarios «sistémicos». Se trata de productos de administración oral (en desuso) o vía cutánea. Se distribuyen por todo el organismo a través de la sangre, de forma que cuando el parásito pica e ingiere el producto, muere. Son productos muy efectivos y duraderos, pero hay que tener en cuenta que no pueden usarse conjuntamente con otros insecticidas.

Las pipetas. Por lo general se aplican una vez al mes en le espalda del animal. Con estos productos hay dos formatos: uno con el que el producto se absorberá y otro que se distribuirá por la piel de todo el cuerpo, pero sin ser absorbido. Se trata de un producto eficaz y que los propietarios de animales han acogido bien.

El uso de estos productos antiparasitarios y su mejora y descubrimiento de nuevos formatos más cómodos de usar y eficaces, han contribuido a que en los últimos años, enfermedades como la Leishmaniosis, se reduzcan de manera considerable. Como explica Manuel Lázaro, veterinario de la clínica Mirasierra de Madrid, «Debemos pensar que con muy poco esfuerzo y con constancia en el uso de antiparasitarios, podemos conseguir grandes beneficios».

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