Aparecen muertos cientos de peces en la ribera del río guipuzcoano Agaunza

Se apunta a "una enfermedad" como la causa más probable del desastre ecológico
Por EROSKI Consumer 29 de agosto de 2003

Cientos de peces, la mayoría barbos, han aparecido muertos en la ribera del río Agaunza, entre las localidades guipuzcoanas de Lazkao y Beasain. Los primeros ejemplares muertos aparecieron el sábado y a lo largo de esta semana se ha podido percibir el aumento de la mortandad. Aunque se barajan varias hipótesis en torno a la causa de este desastre ecológico, la más probable es que se trate de «una enfermedad» contraída por los peces, según indicó el director foral de agricultura de Guipúzcoa, José María Aldanondo.

En este episodio de mortandad de peces, los municipios afectados dieron aviso a la Diputación y técnicos forales de la provincia vasca, que se desplazaron a los puntos de la ribera del Agaunza más afectados. Además de tomar muestras del agua, también se llevaron varios ejemplares para su posterior análisis. Algunos peces han sido enviados al Departamento de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza, donde se efectuará un análisis más exhaustivo, que permitirá conocer con toda exactitud las causas de este nuevo desastre ecológico.

Las primeras investigaciones apuntan como causa más probable la existencia de alguna enfermedad, lo que avala «el aspecto interno que presentaban algunos de los peces recogidos», según manifestaron los técnicos forales. Menos posibilidades tiene la hipótesis de una falta de oxígeno en el agua por el incremento de las temperaturas y la reducción del caudal del río. También parece descartada, según los primeros datos, la posibilidad de algún vertido.

Este no es el primer desastre de este tipo que se produce en los ríos guipuzcoanos. En julio de 1999, en el río Oria, y más concretamente en el tramo entre los municipios de Tolosa e Irura, se recogieron cerca de 100.000 peces muertos a causa de la disminución de oxígeno en el agua. Los expertos explicaron entonces que la falta de lluvias redujo el caudal del río y a ello se unieron las altas temperaturas del agua, que provocaron a su vez la proliferación de algas (aportan oxígeno de día, pero lo consumen por la noche), así como un exceso de nutrientes (fósforo y nitrógeno) y una elevada radiación solar.

El hecho de que todos estos factores se alíen en el estío para causar la mortandad de peces obedece en buena medida a la falta de árboles en las orillas de los ríos. Y es que la vegetación da sombra, evita que aumente la temperatura y los microorganismos y, además, absorbe los nutrientes que lleva el agua, purificándola.

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