Científicos de la Estación Biológica de Doñana estudian los murciélagos cavernícolas andaluces

Andalucía es una de las zonas más ricas de Europa en estos quirópteros
Por EROSKI Consumer 28 de octubre de 2004

Un grupo de expertos de la Estación Biológica de Doñana (EBD), centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ubicado en Sevilla, ha puesto en marcha un proyecto para estudiar los murciélagos cavernícolas andaluces.

Andalucía es una de las zonas más ricas de Europa en estos quirópteros. A la gran variedad de paisajes con que cuenta se une el buen estado de conservación de gran parte del territorio. Esta variedad hace que los murciélagos se distribuyan de forma desigual.

El objetivo del proyecto de la EBD es aumentar los conocimientos científicos sobre estos mamíferos, localizar sus principales colonias y desarrollar las medidas necesarias para proteger sus poblaciones y los lugares que habitan.

José Antonio Garrido, experto de la Estación Biológica, indica que, frente a otras especies de murciélagos que prefieren refugiarse en grietas de tajos rocosos y edificios (murciélagos fisurícolas) o huecos de árboles (murciélagos arborícolas), los cavernícolas prefieren habitar en cuevas, simas, minas, túneles y, a veces, habitaciones poco utilizadas de edificios, de ahí su nombre.

Cada refugio es usado en épocas distintas del año según las condiciones que presente, por lo que un murciélago cavernícola puede utilizar un desván para reproducirse, ir a una mina para copular y pasar el invierno en una cueva.

Descenso de las poblaciones

Según el investigador, «este proyecto de la Junta de Andalucía se ha puesto en marcha al observarse un fuerte descenso de sus poblaciones y la desaparición de muchas colonias, aquí y en toda Europa, por lo que es muy importante saber qué es lo que nos queda, qué problemas de conservación puede haber y cuáles serían las medidas necesarias para evitarlos».

Para Garrido, los principales problemas que padecen los murciélagos cavernícolas son las molestias que producen las visitas incontroladas a las colonias de cría e invernada, «que llegan a producir la muerte de animales, la destrucción directa de los refugios, la contaminación por insecticidas y, sobre todo, el desconocimiento y la leyenda negra que rodea a estos animales, que está completamente injustificada».

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