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Envases y residuos excesivos
Las estadísticas de la Comisión Europea (Eurostat) sobre residuos de envases del período 2010-2021 muestran que los envases emplean grandes cantidades de materias primas vírgenes. El 40 % de los plásticos y el 50 % del papel utilizados en la UE se destinan a envases y los envases representan el 36 % de los residuos sólidos urbanos.
«Las grandes cantidades de envases que se generan, que están en constante aumento, así como los bajos niveles de reutilización y recogida y el ineficiente reciclado, constituyen obstáculos importantes para la consecución de una economía circular y de bajas emisiones de carbono», expone el reglamento.
Para revertir esta tendencia, se pondrán en marcha distintas medidas. Por ejemplo, se reducirá el espacio vacío de los envases para evitar un uso excesivo de materiales, se promoverán los envases reutilizables para bebidas y se restringirán los envases de plástico de un solo uso.
Mejorar el diseño de los envases es clave para reducir al máximo la huella de carbono y acercarse lo máximo posible al desperdicio cero. Así, los envases deberán diseñarse, fabricarse y comercializarse de forma que se puedan reutilizar tantas veces como sea posible o para ser objeto de un reciclado de alta calidad, y que su impacto en el medio ambiente se reduzca al mínimo durante todo su ciclo de vida.

Sustancias preocupantes en los envases
Pero, además, el documento señala que los envases tendrán que «diseñarse y fabricarse de tal forma que se limite la presencia de determinados metales pesados y otras sustancias preocupantes en su composición«.
Tal como se afirma en la Estrategia de sostenibilidad para las sustancias químicas, los elementos preocupantes han de reducirse al mínimo y sustituirse en la medida de lo posible, eliminando progresivamente los más nocivos en aquellos usos no esenciales para la sociedad, en particular en los productos de consumo. La meta es garantizar que los envases, así como los materiales reciclados a partir ellos, no tengan ningún efecto adverso en la salud humana ni en el medio ambiente durante todo su ciclo de vida. Pero ¿qué sustancias son estas?

Según se lee en el reglamento, se restringirá el uso de compuestos como PFAS, plomo, cadmio, mercurio y cromo hexavalente, con el fin de garantizar la seguridad alimentaria y medioambiental.
🔸 PFAS
Las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS) son un conjunto de sustancias químicas sintéticas muy persistentes en el medio ambiente. Representan un peligro para el entorno, puesto que tardan mucho en degradarse, y para la salud humana, cuando hay una exposición a largo plazo.
Encontramos PFAS en nuestras sartenes, ropa, dispositivos electrónicos, envases… Estas sustancias químicas, casi indestructibles, tienen tantas aplicaciones como propiedades. Sin embargo, son muy contaminantes y se van acumulando en la naturaleza y en nuestro cuerpo. Un elevado número de PFAS están clasificados como carcinógenos, reprotóxicos, con potencia mutagénica y tóxicos para determinados órganos.
🔸 Bisfenol A
Esta sustancia química, también conocida como BPA, se halla en latas, envases de alimentos y botellas de agua, y puede acabar en los productos alimenticios. El bisfenol A supone un problema de salud para las personas de todas las edades, según los expertos científicos de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). De hecho, su utilización está prohibida en Europa desde 2011 para la fabricación de biberones.
Ahora, se prohibirá el uso de bisfenol A en la fabricación de materiales que puedan entrar en contacto con alimentos, como plásticos, cauchos, colas, resinas de intercambio iónico, tintas de impresión y siliconas, barnices y revestimientos.
🔸 Metales pesados
Todas las personas estamos expuestas a metales pesados a través de los alimentos, el agua o el aire. La exposición es diaria, pero en dosis pequeñas, así que no hay que alarmarse por ello. Sin embargo, si esos niveles aumentan o pertenecemos a algún grupo de población vulnerable, sí pueden suponer un problema para la salud. Así, además de reducir nuestra exposición con pequeñas acciones domésticas, la idea es mejorar también en el ámbito industrial.
El reglamento establece restricciones sobre la presencia de metales pesados en los envases y sus componentes. La suma de las concentraciones de plomo, cadmio, mercurio y cromo hexavalente resultantes de sustancias presentes en los envases o sus componentes no debe superar los 100 mg/kg.