Ecologistas en Acción denuncia que Bayer ha aceptado incinerar un residuo altamente tóxico procedente de Australia

Se trata de hexaclorobenzeno, una sustancia que provoca trastornos metabólicos, cáncer y graves afecciones orgánicas
Por EROSKI Consumer 12 de abril de 2007

La compañía químico-farmacéutica alemana Bayer ha aceptado el encargo de incinerar 4.500 toneladas de hexaclorobenzeno procedentes de Australia, una operación por la que la empresa recibirá tres millones de euros, según denuncia Ecologistas en Acción. El hexaclorobenzeno es un residuo altamente peligroso y que forma parte de la llamada «docena sucia», las dioxinas más peligrosas que se prohibieron en el Convenio de Estocolmo. La asociación ecologista advierte de que esta sustancia no es biodegradable y provoca trastornos metabólicos, cáncer y graves afecciones orgánicas.

Se calcula que las incineradoras alemanas de la farmacéutica, sólo en 2004, emitieron a la atmósfera 27 toneladas de dióxido de azufre, 10 de amoniaco y 227 de óxido de nitrógeno

En los años 80 del siglo pasado, la denominada ?Coalición contra los peligros de Bayer? alertó de la construcción en la localidad alemana de Dormagen de una incineradora de residuos peligrosos y de la ampliación de la de Leverkusen. ?Actualmente, unas 300 empresas, tanto alemanas como de fuera, envían a estas instalaciones, que se encuentran en una región densamente poblada, 600.000 toneladas anuales de productos altamente tóxicos?, señala Ecologistas en Acción.

Se calcula que en 2004 estas incineradoras emitieron a la atmósfera 27 toneladas de dióxido de azufre, 10 de amoniaco y 227 de óxido de nitrógeno. ?La de Leverkusen ha duplicado sus emisiones de dióxido de azufre en cuatro años y la de Dormagen las ha cuadruplicado. Ambas emiten además monóxido de carbono, partículas, monóxido de nitrógeno y metales pesados?, afirman los ecologistas.

El hexaclorobenzeno es una de las dioxinas más peligrosas y fue prohibida en el Convenio de Estocolmo

Añaden que la salud de la población local no sólo está amenazada por las sustancias tóxicas en el aire, sino también por el transporte de residuos peligrosos que cada vez provoca más vertidos accidentales, y por los numerosos accidentes ocurridos en estas plantas, como explosiones, escapes de gas e incendios.

Otro problema son los restos que se acumulan en los filtros de los gases de escape, que contienen toxinas y que hay que depositar en un vertedero de seguridad. Ecologistas en Acción afirma que, a pesar de las preguntas, Bayer nunca ha publicado la composición y cantidad de estos residuos.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube