El avance del huracán «Iván» deja patente que la capacidad técnica para predecir las trayectorias de estos fenómenos es aún limitada

El Centro Nacional de Huracanes de EE.UU. traza sus desplazamientos a partir de datos recogidos por satélites, boyas y globos sonda
Por EROSKI Consumer 17 de septiembre de 2004

Horas antes de que «Iván» entrará en EE.UU. por la costa de Alabama, la situación de alerta se extendía también ayer por otros tres Estados de la costa este (Florida, Luisiana y Mississippi), donde el huracán ha provocado ya al menos 14 muertos y ha dejado a miles de familias atrapadas en inundaciones. La causa de que una franja costera tan grande estuviera bajo la amenaza de ese ciclón tropical no sólo se debe al enorme tamaño de su radio de acción. También se explica porque la deriva de «Iván» por el Caribe ha despistado a los expertos, poniendo de relieve las limitaciones de los modelos usados para predecir la trayectoria de huracanes.

Ésta es una de las tareas más delicadas y complejas de la Agencia Nacional Atmosférica y Oceánica de EE.UU. (NOAA, por sus siglas en inglés), según el máximo responsable de este organismo, James Mahoney. Un certero cálculo con días de antelación puede salvar muchas vidas. Pero si la ruta trazada es errónea y esa agencia gubernamental ordena una evacuación que resulta innecesaria, su situación ante los ciudadanos desalojados de sus hogares y negocios es un tanto comprometida.

El avance del devastador huracán «Iván» hacia las costas americanas ha demostrado que la capacidad técnica para poder averiguar por dónde pasarán esas peligrosas tormentas tropicales tiene todavía una eficacia limitada. En el Centro Nacional de Huracanes de EE.UU., con sede en Miami, los científicos trazan esas trayectorias a partir de los resultados de media docena de modelos informáticos que procesan, en supercomputadores de EE.UU. e Inglaterra, millones de datos de información recogidos por satélites, boyas y globos sonda. La mayoría de modelos data de los años 80, aunque en la década de los 90 mejoraron significativamente su fiabilidad por los progresos en la adquisición de datos meteorológicos y la capacidad de los supercomputadores para hacer billones de cálculos por segundo.

Cuatro modelos

El Centro Nacional de Huracanes ha depositado su confianza en cuatro modelos que han mostrado capacidad para reproducir las condiciones atmosféricas en todo el planeta, troceado por completo en una malla de cuadrículas de 100 kilómetros cuadrados. Esos programas informáticos se nutren también de datos incluidos en los registros históricos sobre las rutas que siguió cada huracán formado en el Océano Atlántico en las últimas décadas.

Pero hace justo una semana, cuando «Iván» había sobrepasado Jamaica, cada uno de esos modelos apuntaba a zonas diferentes de penetración en EE.UU., según el diario «St. Petersrburg Times» de Florida. Unos señalaban que el huracán se internaría por el Golfo de México. Otros decían que pasaría por el este de Bahamas. Los científicos del Centro Nacional de Huracanes explicaron que la principal limitación de los modelos es que ofrecen una imagen poco depurada, sin apenas detalles, del estado de la atmósfera. Por el momento, no es posible medir cada uno de sus parámetros en todo momento.

Generalmente, los meteorólogos del Centro establecen una trayectoria de consenso a partir de las aportadas por los cuatro principales modelos. El más certero, según los científicos, se denomina GDFL y es manejado en supercomputadores de Maryland y California. Su margen de error en una predicción de trayectoria de tres días es sólo de 240 kilómetros. Sin embargo, debido a la compleja interpretación de los resultados de los modelos, los meteorólogos introducen en la interpretación final dosis elevadas de intuición. Son los experimentados técnicos quienes afinan manualmente las predicciones de las trayectorias de huracanes que se hacen públicas.

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