El color de los océanos, determinado por la cantidad de fitoplancton que hay en el agua, afecta a la localización y virulencia de los huracanes, tifones y tormentas tropicales, según un estudio desarrollado por el científico estadounidense Anand Gnanadesikan, de la Administración Nacional y Atmosférica (NOAA). La investigación ha concluido que los océanos más oscuros tienen mayor capacidad de absorción de los rayos solares, lo que provoca que se caliente la capa superficial del agua y se originen ciclones tropicales.
Por el contrario, si hay menos fitoplancton, la luz penetra hasta mayor profundidad y no calienta la superficie oceánica, por lo que los huracanes no llegan a formarse. Sin embargo, Gnanadesikan señala que lo más interesante de este estudio es que las conclusiones difieren según las características de cada región. Si hay menos color en una región donde la cantidad es escasa, esto podría causar una disminución de los huracanes, pero si ocurre en regiones con mucho fitoplancton, podría tener el efecto contrario, explica el científico estadounidense. También afirma que las zonas con mayores corrientes marinas son más sensibles a los cambios de color del plancton que las aguas tranquilas.
Gnanadesikan alerta sobre la reducción de los niveles de fitoplancton marinos a causa del cambio climático y destaca la importancia de su estudio para entender el mecanismo de los huracanes. «El impacto biológico potencial sobre los huracanes es tan importante como el impacto directo del calentamiento global», advierte.