El Gobierno llevará a cabo una revisión «completa y detallada» del Plan de Fomento de las Energías Renovables 2000-2010 antes de que finalice el año, informó hoy el Ministerio de Industria, responsable de reelaborar el documento.
Según el departamento que dirige José Montilla, el objetivo de esta revisión es revitalizar el Plan y dotarlo de mayor eficacia. Para ello se replantearán «en profundidad» sus contenidos, especialmente en áreas como la biomasa y la energía solar, con el fin de conseguir que en 2010 las energías renovables supongan un 12% del consumo de energía primaria.
En la revisión del Plan, ya iniciada, se incluirá la identificación de los agentes públicos y privados responsables de la ejecución de las medidas del documento, así como la cuantificación de los recursos que habrá que invertir para sacar adelante esta nueva estrategia de reforzamiento de las energías renovables.
Además, Industria aprovechará la actualización del Plan para elevar «sensiblemente» los objetivos de producción previstos para 2010 en el caso de determinadas energías que cuentan con margen para ello, como la eólica o la solar.
Eficiencia y fomento
La nueva política energética del Gobierno tendrá como pilares fundamentales la eficiencia y el fomento de las renovables, apuntó el Ministerio. En este marco, tanto Industria como el Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético (IDAE) están preparando una serie de informes técnicos sobre las áreas de consumo en las que podrían obtenerse resultados relevantes de ahorro.
Los informes se centrarán en áreas como la movilidad urbana y el desarrollo urbanístico sostenible (edificación y transporte); la energía solar térmica y su aplicación a las viviendas; la incorporación de biocombustibles a las gasolineras, y la biomasa.
Asimismo, Montilla prevé la edición de una guía destinada a los consumidores para aconsejarlos en la compra de electrodomésticos y en la que se subrayará la utilidad y ventajas del etiquetado energético.
En opinión del titular de industria, es preciso que los ciudadanos se mentalicen de la necesidad de que España gaste menos energía y mejor, dado que el «despilfarro energético es insostenible» y, a la larga, en un modelo de sociedad que prima valores individuales y no el bienestar colectivo, «hipoteca el desarrollo del país a largo plazo».
En este sentido, un primer informe sobre el consumo de energía señala que el gasto medio de las familias españolas en energía (incluido carburantes) creció un 14,3% en 2002 respecto al año 2000, situándose en 1.600 euros al año, unos 133 euros cada mes.