El Segura fluye con la contaminación más baja de los últimos diez años

La Confederación Hidrográfica extrema la vigilancia para evitar que se pierda la limpieza actual
Por EROSKI Consumer 21 de abril de 2002

Las aguas del río presentan el mejor aspecto desde finales de los años ochenta. Así lo asegura el presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura, Juan Cánovas, quien ha ordenado extremar la vigilancia de la Policía fluvial para evitar que un nuevo vertido contaminante eche a perder la limpieza proporcionada por las últimas tormentas y la entrada en funcionamiento de nuevas depuradoras. «Debemos mantener a toda costa el río tal y como está ahora, porque da gusto verlo. Hasta se pueden ver alevines aguas abajo de Murcia, algo que era inaudito hace un año», afirma Cánovas.

Desde 1990 y hasta mediados del año pasado, la dosis media de carga orgánica en las aguas del Segura oscilaba entre 30, 50 y 60 miligramos por litro entre el azud de Ojós y Guardamar, más del doble del límite que tolera la directiva comunitaria 91/271, que es de 25 miligramos por litro. La confederación asegura que, en este mes, la dosis oscila entre 5, 10 y 15 miligramos «y eso siendo bastante conservadores». Tales cifras no sólo cumplen el tope de la normativa comunitaria sino que no pasan siquiera de la mitad de la dosis tolerable marcada por el Plan de Cuenca del Segura: 30 miligramos por litro.

La intención de la Confederación del Segura es mantener el caudal ecológico _4.000 litros por segundo a su paso por casco urbano_ hasta otoño, pese a la escasez de agua en los pantanos de cabecera.

«Nadie se puede imaginar los malabarismos que hacemos para conseguirlo. Controlamos al milímetro todos los flujos de caudales para que no se desperdicie una sola gota», indica Cánovas. Las reservas de la cuenca se elevan a 132 hectómetros, de los que sólo 92 son aprovechables. La intención del organismo de cuenca es concentrar los riegos en el verano «para entonces habrán entrado 20 hectómetros más en la cabecera» con la finalidad de mantener la limpieza del río hasta octubre.

«Una tormenta, bastaría una sola tormenta que diera un riego en mayo para lograr ese objetivo», afirma Cánovas. La Confederación descarta echar mano de los pozos del acuífero de Calasparra «ya recuperado del todo» para redotar el caudal ecológico, como se hizo hace dos años. «Esa es una opción para un situación de supervivencia».

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