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Ferrán Guallar, director del Instituto Jane Goodall España
Otorgar los mismos derechos a todos los seres vivos no es un problema
- Autor: Por Alex Fernández Muerza
- Fecha de publicación: sábado 25 octubre de 2008

Hay personas a cuyas propuestas es imposible negarse. Es lo que le ocurrió a Ferrán Guallar (Barcelona, 1968) cuando la primatóloga inglesa y premio Príncipe de Asturias Jane Goodall le invitó a continuar en España su actividad conservacionista y educativa. Guallar dirige desde 2007 el Instituto Jane Goodall España, desde el que desarrolla diversos proyectos: envío de fondos para el centro de recuperación y reintroducción de chimpancés y proyectos sociales en Tchimpounga, Congo-Brazza, en África, así como diversos trabajos de investigación y educación ambiental. En este último apartado, destacan sus programas “Biodiversidad”, donde se proponen “ecosafaris” en los parques de las grandes ciudades, y “Ecoviajeros”, destinado a turistas que quieran unas vacaciones ecológicas y solidarias.
Para quien no conozca a Jane Goodall, ¿qué destacaría de su vida y obra?
Hablando de chimpancés y desastres ambientales, un nuevo censo indica que su población se ha reducido en un 90% en el Parque Nacional Marahoué, en Costa de Marfil, considerado su último refugio. ¿Tal mal está su situación?
No conozco este parque en profundidad, pero sí la región, y la situación está mal, no sólo para los chimpancés, sino para una mayoría de especies animales que dependen de los bosques. La deforestación en África crece a un ritmo catastrófico, y nadie parece consciente del valor de estos bosques más allá de la madera. Sólo con parar la deforestación, la pérdida de biodiversidad se controlaría mucho más.
A partir de este tipo de noticias se puede entender que estos parques, protegidos en teoría, no lo están en la práctica.
¿Cuál es el estado de conservación de los primates?
Malo. Hay pocos primates que no estén en peligro. En concreto, los grandes simios no humanos (orangutanes, gorilas, chimpancés y bonobos) están perdiendo su hábitat a manos de los cultivos y la deforestación general.
¿Por qué se ha llegado a esta situación?
¿Qué podría ocurrir si desaparecen los primates?
Para empezar, perderemos la oportunidad de saber más sobre nuestros orígenes. Dado que los comportamientos no se fosilizan, la única manera que tenemos de conocer más sobre nuestra evolución como especie a ese nivel es estudiando el comportamiento de nuestros parientes más cercanos. Siguiendo en la línea egoísta, y pasando al ámbito biológico, si ellos desaparecen, no tendremos la posibilidad de saber más sobre el origen y posibles tratamientos de enfermedades que compartimos (VIH y muchas otras) pero que provocan diferentes respuestas inmunitarias. Si hablamos de biodiversidad, cada pérdida es enorme, desde una especie de gusano o de hongo hasta una de rinoceronte. El chimpancé u otros primates no serían diferentes en este sentido.
¿Qué pueden hacer los consumidores para salvar a los primates?
¿Puede hacerse este esfuerzo por el medio ambiente en tiempos de crisis económica?
Puede parecer difícil que el medio ambiente esté presente en la agenda mundial. Sin embargo, no hacerlo es un error garrafal: somos más de 6.000 millones de personas viviendo en un planeta con recursos que se acaban. La crisis ambiental multiplica los efectos de las demás crisis, y ahora estamos en una espiral difícil de controlar.
El Proyecto Gran Simio generó gran polémica entre quienes creen que se defiende otorgar los mismos derechos que los de los seres humanos. ¿Estaba justificada la alarma que se generó?
El Instituto Jane Goodall España tiene su sede en el Zoo de Barcelona. ¿Ya no son los zoos cárceles para animales como se ha criticado tradicionalmente desde el entorno ecologista?
El Zoo de Barcelona tiene mucho que mejorar, como la mayoría en España. Los zoos deben tener un contenido básicamente educativo, y para ello hay que optimizar las especies, en número, en espacio y por distribución geográfica. Por otro lado, también hay programas de conservación e investigación ex situ. La propuesta que nos hizo el de Barcelona iba en esa línea. En el ámbito de los chimpancés, ofrecemos actividades de enriquecimiento para mejorar las condiciones de los individuos. Por ello, siempre que estos puntos se cumplan, los zoos pueden jugar un papel educativo y de conservación importante, aunque para llegar hasta ahí todavía hace falta mucho trabajo.
En la entrevista ha citado los programas “Biodiversidad” y “Ecoviajeros”. ¿En qué consisten?
Respecto a “Ecoviajeros, reduce tu huella”, se explica a los viajeros lo frágiles que son algunos destinos, ambiental y culturalmente. Luego promocionamos rutas que no se encuentran en las agencias habitualmente, porque las estancias se realizan en establecimientos rurales de propiedad local, con menos comodidades pero donde el viajero aprenderá a contrastar su realidad con la de los habitantes. Con sus vacaciones ganan todos: el viajero, la población local y el medio ambiente. Además, ofrecemos la posibilidad de realizar una pequeña misión que ayudará a mejorar la ruta. También trabajamos en proyectos de conservación y educación ambiental en el destino.
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