El Gobierno francés ha decidido suspender la introducción de osos en el Pirineo, ante la movilización social que ha provocado este plan en los municipios del lado galo de esta cordillera. Varias asociaciones han expresado reiteradamente su rechazo a la suelta de osos, por entender que perjudicará a la actividad ganadera y por considerar que los riesgos que conlleva la presencia de estos animales también pueden afectar al turismo rural.
Esas quejas del lado francés se extienden también al español. La decisión unilateral del Ministerio francés de Medio Ambiente de introducir osos en el Pirineo también ha provocado rechazo en el lado español de la cordillera. En las últimas semanas ha soltado dos ejemplares traídos desde Eslovenia.
El propio Gobierno aragonés manifestó hace varios días su malestar por la actuación francesa e insistió en que, antes de introducir osos, era preciso cumplir con las condiciones de los habitantes a ambos lados del Pirineo. Desde Aragón se pide, por ejemplo, un plan de compensaciones y restituciones ante los daños que puedan ocasionar estos animales.
La ministra francesa de Medio Ambiente, Nelly Olin, ha anunciado que ha decidido suspender provisionalmente la reintroducción de osos a la espera de que el Consejo de Estado se pronuncie sobre una queja de varias asociaciones, contrarias a esta iniciativa. El Consejo de Estado es un órgano consultivo del Gobierno, cuyas recomendaciones suele cumplir el Ejecutivo galo, y está previsto que se pronuncie en breve sobre la petición de los grupos que se oponen a la suelta de osos en el Pirineo.
