Jóvenes por la Ecología pone en marcha una campaña sobre la necesidad de consumir de forma inteligente

Esta asociación afirma que el consumo responsable beneficia al planeta, a la salud y a nuestro bolsillo
Por EROSKI Consumer 16 de enero de 2004

Algo tan simple como colocar una botella llena de agua o arena en la cisterna del inodoro permite ahorrar un litro de agua en cada uso. Éste y otros consejos aparecen recogidos en un manual elaborado por la asociación asturiana Jóvenes por la Ecología, dentro de la tercera edición de una campaña con la que pretende concienciar a la población de que es necesario consumir de forma inteligente.

Esta asociación recuerda que el consumo inteligente no es sólo una cuestión ecológica; no se trata sólo de conseguir un planeta más limpio, en el que se gaste menos energía o se ensucie menos el medio ambiente. Es también una cuestión económica, ya que asegura que si se aplica su manual a rajatabla, ganan también el bolsillo y la salud.

«¿Sabía que el autobús precisa por ocupante transportado 50 veces menos espacio y consume 15 veces menos de energía que el coche?», plantea el manual. «El transporte provoca un gran problema energético y, además, el coche se ha convertido en un símbolo de ostentación», asegura Marcos Menéndez, miembro de la asociación. Este joven de 22 años, que recorre Oviedo a diario en bicicleta, señala que los estudios demuestran que para cualquier trayecto inferior a cinco kilómetros en ciudad es más rápida la bici que el coche.

En lo que se refiere a los residuos, la consigna es clara: cuanto menos basura se genere, menos habrá que reciclar. Por eso los ecologistas piden a los consumidores que eviten en lo posible los envoltorios y cajas de gran tamaño, así como las bolsas de plástico, el material más difícil de biodegradar. En este sentido, apuestan por el carrito de la compra de siempre y la bolsa de tela, y por la vuelta a los envases de vidrio retornables. «El vidrio es más fácil de reciclar que el metal», explica Jesús Suárez, de Jóvenes por la Ecología.

Desde el punto de vista alimenticio, la asociación señala que «muchas veces se venden productos como ecológicos y no lo son, por eso conviene fijarse bien. La Unión Europea (UE) tiene unas etiquetas con unos logotipos específicos».

En el capítulo de electrodomésticos, Menéndez y Suárez mencionan los lavavajillas, un aparato al que reconocen su utilidad, pero que hay que emplear con moderación y siempre lleno. «Toda esa agua acabará llegando al mar y a los ríos», indica Jesús. «La contaminación de los mares es a veces poco palpable, no se ve, o al menos no se nota tanto como la contaminación acústica y atmosférica, pero está ahí. Y los ríos y los mares tienen una gran biodiversidad, y son muy sensibles a la contaminación», asegura Menéndez.

Finalmente, estos ecologistas apuestan por un uso responsable de la energía eléctrica. «¿Por qué encender la luz del portal si muchas veces no hace falta?», se preguntan.

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