Kilimanjaro

La nieve de su cumbre podría desaparecer en los próximos años
Por EROSKI Consumer 30 de diciembre de 2005

El Kilimanjaro es un volcán formado por tres cráteres con nieves perpetuas debido al glaciar que existe en su cima, y que se encuentra en el margen oriental del Valle del Rift, en Tanzania. Sus 5.895 metros de altura convierten este volcán en la montaña más alta de África y en uno de los volcanes más altos del mundo. Su nombre parece provenir de la lengua swajili, que significa «la montaña que brilla», aunque otras teorías hablan de que la expresión «njaro» se refiere a las caravanas de esclavos de los vendedores árabes de Zanzíbar, que hacían un alto por aquella zona. A pesar de encontrarse protegido por un parque nacional, los efectos del cambio climático y los incendios provocados podrían llegar a acabar con su capa de nieve en unos pocos años.

Los efectos del cambio climático y los incendios provocados podrían llegar a acabar con su capa de nieve en unos pocos años

Así, según diversas estimaciones, el deshielo del Kilimanjaro es tan rápido que la nieve podría desaparecer por completo en cuestión de décadas. Los investigadores que estudian este fenómeno han observado que en los últimos años los glaciares han reducido su grosor en un metro. A pesar de que no hay conclusiones definitivas, los geólogos señalan que hay muchas evidencias de que se debe a la acción humana. Los primeros mapas que recogen la existencia de los glaciares del Kilimanjaro, de principios del siglo XX, apuntan a que cubrían una extensión aproximada de 12 km², mientras que en la actualidad los mapas indican que no cubren más que 2 km². Además del calentamiento global de la Tierra, los expertos hablan de otras causas para explicar este deshielo, como la lenta reactivación de la actividad volcánica.

Desgraciadamente, el deshielo de los glaciares no sólo afecta al Kilimanjaro, sino que se trata de un fenómeno a escala global que podría tener consecuencias dramáticas. Así por ejemplo, los glaciares del Himalaya se están derritiendo a una velocidad tan rápida que podrían causar unas crecidas en numerosos ríos con resultados catastróficos. Los glaciares españoles, por su parte, tampoco se salvan de esta situación. Los científicos estiman que, de mantenerse la tendencia y las condiciones climáticas, en 2012 sólo quedarán 100 hectáreas de glaciares en España y su desaparición será completa entre 2015 y 2020.

Asimismo, otra causa que estaría llevando a esta regresión de los hielos serían los incendios que se provocan en la zona. La creencia de algunas tribus de Kenia y Tanzania de que el fuego atrae la lluvia ocasiona muchos incendios que están degradando las tierras altas de la región. Además, los recolectores de miel también encienden fuegos para espantar a las abejas, lo que provoca en muchos casos incendios incontrolados. En el caso concreto del Kilimanjaro, las laderas del monte han perdido tantos árboles que hay que ascender 500 metros más que en 1800 para encontrar masa forestal, un serio problema que en un lugar como África se acentúa. La pérdida de bosques a causa de los incendios conlleva también problemas para los pobladores de dichas zonas, ya que en épocas de fuertes lluvias, el terreno se satura más rápido y la probabilidad de inundaciones es mayor.

Un monte accesible

A pesar de que existen evidencias antiguas sobre el monte Kilimanjaro, tomadas como fantasías o mitos, no fue hasta fechas relativamente recientes cuando se confirmó su existencia real. Los primeros testimonios se remontan a un geógrafo greco-alejandrino llamado Ptolomeo, que trazó el primer mapa del interior de África, aunque durante siglos se creyó que se trataba de un mito. En 1848, un misionero alemán, Johan Renmann, lograba observar la nieve del monte. Meses después, otro misionero alemán, Ludwing Krapt, afirmaba haber visto nieve en el monte Kenia, aunque no fue hasta 1861, cuando una expedición de la Royal Geographic Society de Londres confirmaba los descubrimientos de los misioneros, que habían sido tomados por locos alegando que en territorios tan próximos al Ecuador la nieve tendría que fundirse. El Kilimanjaro sirvió de inspiración a Ernest Hemingway, que publicaba en 1936 el cuento “Las Nieves del Kilimanjaro”, en el que incluye la historia del cadáver de un leopardo encontrado entre las nieves, que fue hallado por unas monjas misioneras unos años antes.

La espectacularidad y belleza del monte y la zona que lo circunda, unido a que la ascensión es relativamente sencilla, atrae anualmente a unos veinte mil turistas de todo el mundo, una cifra que crece además cada año, a pesar de estar controlado su acceso por las autoridades de Tanzania. En la ciudad de Moshi, en las faldas del monte, hay compañías que ofrecen guías locales y alquiler del equipo adecuado, aunque la manera más cómoda es contratar un paquete en cualquiera de las agencias de viajes especializadas. Los mejores meses para subir al Kilimanjaro son enero, febrero y septiembre.

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