La titularidad de la central nuclear de Almonacid de Zorita (Guadalajara) corresponde desde el pasado jueves a la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa), que comenzará con el total desmantelamiento de la planta tras su parada definitiva en 2006. Es un proceso complejo y pionero en España, ya que será la primera vez que un reactor nuclear sea desmontado en su totalidad, incluida la vasija de la central y el edificio que lo alberga.
Tras haberse trasladado el combustible gastado de Zorita en los últimos años, estos trabajos finalizarán en 2016, costarán 135 millones de euros y darán trabajo a unas 200 personas, la mayoría de la comarca de Zorita. Las 10 hectáreas que en la actualidad ocupan las instalaciones de esta central nuclear -la primera que se construyó en España, en 1968- acogerán a partir de 2016 una central de ciclo combinado para aprovechar así la red de distribución de energía de la planta nuclear. «El fin es que, pasados seis años, cuando acabe este proyecto, este emplazamiento vuelva a ser como en los años sesenta, cuando empezó la construcción de la central. Vamos a hacer un desmantelamiento integral y restaurador que devolverá a este territorio sus características iniciales antes de que empezara esta actuación industrial», explicó el director de Operaciones de Enresa, Alejandro Rodríguez.
Se prevé la retirada de 104.000 toneladas de materiales, de los que el 4% se corresponde con residuos radiactivos. Los de media y baja actividad se trasladarán al Centro de Almacenamiento de El Cabril (Córdoba), mientras que los de alta actividad irán a parar al almacén individualizado de la propia central a la espera de que se elija un municipio en el que construir el Almacén Temporal Centralizado (ATC) en el que se tratarán los residuos radiactivos que genere España a lo largo de los próximos 40 años.
El desmantelamiento de Zorita será «seguro y transparente» porque «una empresa pública que gestiona este tipo de actividades que tienen controversia social no tiene otra herramienta más que ser transparente y comunicativa», explicó Rodríguez. Además, el Consejo de Seguridad Nuclear velará por el respeto al medio ambiente en la comarca con la instalación de una red de vigilancia de la calidad del aire y la puesta en marcha de un plan de vigilancia de los puntos de vertido en la red hídrica y de un plan especial contra incendios que evite su propagación más allá del perímetro de la central, dada la cercanía de la Sierra de Altomira.
