La creencia de tribus africanas de que el fuego atrae a las lluvias, amenaza las montañas del continente

Encienden fuegos que muchas veces se convierten en incendios que se extienden luego sin control
Por EROSKI Consumer 12 de mayo de 2002

La creencia de algunas tribus de Kenia y Tanzania de que el fuego atrae la lluvia ocasiona muchos incendios que están degradando las tierras altas de la región, según expertos reunidos en Nairobi en una conferencia sobre las montañas de África. «En todas las montañas importantes de Kenia se están produciendo fuegos casi a diario», afirmó Bongo Woodley, jefe de los guardabosques del Parque Nacional del Monte Kenia, segundo pico montañoso más alto de África.

Según Woodley, las tribus que habitan en la zona mantienen la creencia ancestral de que el fuego en el monte atraerá la lluvia que necesitan para vivir y que hará crecer el pasto para su ganado. Además, quienes se dedican a recoger la miel de las colmenas en los bosques también encienden fuegos para espantar a las abejas. «El problema es que muchos de estos fuegos se convierten en incendios que se extienden luego sin control», señaló el guardabosques.

El funcionario subrayó que el mismo problema se produce en el Kilimanjaro, la montaña más alta del continente, en la vecina Tanzania, donde los incendios han provocado que el borde inferior de los bosques que cubren sus laderas se encuentre actualmente 500 metros más alto que en 1800. «Estos incendios son minúsculos, comparados con los grandes siniestros que han asolado Europa y Australia pero, comparativamente, son mucho más graves, pues el área total de la masa forestal de África es mucho menor», concluyó Woodley.

El Kilimanjaro, sin nieve

El fuego, sumado a los efectos del paulatino calentamiento global, ha llevado a algunos expertos a predecir que para el año 2040 la cumbre del Kilimanjaro ya no estará cubierta de nieve. La pérdida de bosques a causa de los incendios conlleva asimismo riesgos directos para las poblaciones, ya que en épocas de fuertes lluvias los árboles no absorben tanta agua, el terreno se satura más rápido y la probabilidad de inundaciones es mayor.

El 2002 ha sido declarado por la ONU como Año Internacional de las Montañas y más de setenta científicos, representantes de gobiernos y expertos en conservación discutieron esta semana en la capital keniana los problemas que amenazan a los montes africanos. Los delegados subrayaron igualmente el creciente riesgo que supone el aumento de las poblaciones en «zonas montañosas susceptibles de padecer fuertes terremotos y erupciones volcánicas en el siglo XXI».

«Grandes extensiones del continente se encuentran sobre placas tectónicas inestables y activas y esto supone un riesgo para la población que vive en ellas», advirtió Chris Hartnady, ex profesor del departamento de Geología de la universidad sudafricana de Ciudad del Cabo. Entre 1980 y 2002 África fue sacudida por más de cincuenta terremotos de fuerte intensidad, que provocaron la muerte de 23.000 personas.

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